RIPALDA
Caserío, antigua villa y señorío del municipio de Güesa, en el valle de Salazar, Merindad de Sangüesa.
Antiguo lugar de señorío nobiliario, documentado ya en 1110. Uno de sus titulares avaló la donación a Leire (1115) de dos cubilares en el monte Ory. Se debió de considerar tempranamente como una de las quince villas de la “universidad” o comunidad del valle de Salazar; consta expresamente entre ellas en una ordenanza de 1552, pero en el texto de las ordenanzas de 1704 se recuerda que nunca había tenido voto.
La historia de Ripalda es la del valle de Salazar*; aunque administrativamente, al disgregarse el valle, quedó en el ayuntamiento de Güesa*. Hasta las reformas municipales de 1835-1845, por otra parte, gobernaban Ripalda el alcalde del valle y el alcalde de la villa, cuyos vecinos lo designaban junto con sus regidores. Desde tales reformas quedó sometida al régimen común. En lo eclesiástico el derecho de presentación del párroco lo ejercía en 1847 la familia Vélaz de Medrano, de Pamplona. Cruzaba el término el camino de Roncal a Pamplona y funcionaba un molino harinero.
Su iglesia está dedicada a la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo.
Palacio
Aparece como de cabo de armería en la nomina oficial del reino, y como solar remisionado de cuarteles ya en el año 1513. La exención le fue confirmada en 1621, siendo dueños a la sazón Luis de Ripalda y su hijo y heredero del mismo nombre. En la relación elaborada por la Cámara de Comptos en 1723 aparece como poseedor el conde de Ripalda, título creado por entonces en la persona de Esteban Joaquín de Ripalda. En 1745 solicitó rebate Joaquín Vélaz de Medrano, en la forma en que lo disfrutó su antecesor. El escudo era, según el Libro de Armería, de oro con tres fajas de gules y dos lises de azur, naciendo de la primera faja, y otra de la segunda. Estas armas eran las que el palacio traía en el siglo XVI.