RÍO ARGA
RÍO ARGA
Revista que surgió de un grupo de poetas navarros nacidos entre los años 1930 y 1936 -Ángel Urrutia Iturbe, Jesús Górriz Lerga, José Luis Amadoz e Hilario Martínez Úbeda, impulsores ya en 1963 de la colección “Morea”, y de Víctor Manuel Arbeloa y Jesús Mauleón- que desde 1963 se reunían con frecuencia, aunque de modo informal y no periódico, en tertulias celebradas primeramente en el café “Niza” de Pamplona y después en los domicilios de algunos de ellos. En sus conversaciones se fue perfilando la idea de fundar una revista que, a diferencia de “Pregón”, de la que la mayoría de los citados eran colaboradores habituales, tuviera un contenido exclusivamente poético y cierto rigor selectivo en la admisión de originales, y sirviera así eficazmente a la difusión de la poesía que se estaba produciendo en Navarra desde los años 60.
Financiada por la Caja de Ahorros Municipal, en diciembre de 1976 aparecía el número 1 de la revista, del que se tiraron 500 ejemplares, agotados en menos de dos semanas. Sus 37 páginas comprendían una presentación firmada por Miguel Javier Urmeneta, un editorial que declaraba los propósitos fundacionales de “Río Arga”, poemas de Ángel Urrutia, José Luis Amadoz, Víctor Manuel Arbeloa, Ana Barrero, Miguel d´Ors, Virginia Fourco, “Gorka Trintxerpe”, Jesús Górriz Lerga, Francisco Javier Larráinzar, Jesús Mauleón, Salvador Muerza, José María Pérez Salazar y Miguel Sánchez Ostiz, una breve antología de la obra del P. Ángel Martínez Baigorri y una “Felicitación navideña a los lectores de “Río Arga”.
En el número 26, correspondiente al primer trimestre de 1983, Ángel Urrutia Iturbe, al principio director y desde el número 5 editor-director de “Río Arga”, fue sustituido por Jesús Mauleón, que figura como director.
El número 1 de “Río Arga” presentó una estructura general que, con ligeras variantes, se mantendrá a lo largo de toda la etapa de Ángel Urrutia: un primer poema dedicado al Arga, un máximo de dos páginas para cada colaborador, una sección final consagrada al recuerdo de un poeta navarro y exclusión de todo texto en prosa que no tuviera carácter lírico o escuetamente informativo. A partir del número 5 apareció esporádicamente la sección “Ribera de poetas noveles”, y desde el 8 la prosa alcanzó más importancia, por la creación de otra dedicada a libros y revistas recibidos por la redacción, otra sobre “Libros de poetas navarros” y, desde el número 19 en adelante, la titulada “De la poesía”, que recoge breves textos teóricos de autores ajenos al ámbito de la revista. Algunos números especiales rompen la regular continuidad de “Río Arga”: el 6 es un homenaje a Vicente Aleixandre, el 8 está dedicado a Ángel Martínez Baigorri, el 21 a Juan Ramón Jiménez; el 7 publica los poemas más interesantes presentados al premio “Versos para una primavera” en su IV edición; el 25 posee un carácter conmemorativo que lo distingue notoriamente, desde lo exterior -tiene 72 páginas- al contenido -colaboran en él diversos poetas españoles y extranjeros inhabituales en la revista-. En este número se despidió también Ángel Urrutia de la dirección de “Río Arga”.
La principal novedad introducida por Jesús Mauleón es la inclusión de unas páginas de crítica, inauguradas, ya en el número 26, por José María Romera con una nota sobre “La voz antigua de Antonio Colinas”. El diseño de la cubierta posterior queda también modificado por la presencia en ella de la publicidad.
Aunque no faltan en “Río Arga” colaboraciones, literarias o gráficas, procedentes de otras regiones españolas, e incluso del extranjero -el nombre de Carmen Conde asoma con frecuencia notable, y, entre los no españoles, el de Laureano Albán-, predominan claramente en ella las firmas de autores navarros o residentes en Navarra. Los más asiduos son, en el aspecto poético, Salvador Muerza, Jesús Mauleón, Jesús Górriz Lerga, Ángel Urrutia, Víctor Manuel Arbeloa, Fernando Luis Chivite, Carlos Baos Galán, José Luis Amadoz, Ángel Amézketa, Fermín Anzízar y Juan Ramón Corpas, y entre los ilustradores, Jorge Fernández de Avilés y Tomás Muñoz Asensio.
Desde el número 1 de la revista quedó bien patente que “Río Arga” se orientaba por derroteros más modernos que los de “Pregón”. Si allí predominaban, junto a la poesía costumbrista de tradición decimonónica, una línea posromántica e intimista a la manera de Bécquer, Rosalía de Castro, el primer Juan Ramón y Antonio Machado, y un sonetismo muy vinculado al Siglo de Oro y a los antecedentes más próximos de Gerardo Diego o Dionisio Ridruejo, en “Río Arga” los maestros serán Neruda, Vallejo, Alberti, Miguel Hernández, Celaya, Otero o Valverde. Entre las diferentes tendencias visibles en las páginas de la revista, la más característica es la de una poesía existencial desgarrada y a veces algo tremendista con imaginación de fuerte irracionalismo -a menudo ya surrealista- y verso libre preferentemente largo.
Junto a ella, y en un segundo plano, una lírica amorosa sencilla, sentimental y delicada, proclive, a pesar de ciertos toques eróticos, al ternurismo y el amaneramiento; un intimismo humanista, de tono grave y expresión contenida, sin grandes audacias formales pero con el inequívoco acento de la autenticidad, que debe mucho a poetas como Rosales, Panero, Vivanco o Valverde y tal vez corresponde a los logros más seguros de Río Arga; paisajismo fino pero estéticamente algo conformista; la temática religiosa, social y sociorreligiosa de clara intención crítica y recursos realistas, y el sonetismo, bien neorromántico y pasional al modo de Hernández, Vicente Gaos o Blas de Otero, bien ornamental y manierista como en ciertos momentos de Gerardo Diego, Alberti, García Nieto, Carlos Murciano, etc.