RASA
RASA
Raza ovina; alcanzaba, en 1984, el 75% del censo de este ganado en Navarra, unas 390.000 cabezas. En algunos rebaños considerados como de raza “rasa” predomina, sin embargo, el mestizaje con talaveranas, manchegas e incluso variedades ultrapirenaicas (Ile de France, Berrichon de Cher). En otros casos, especialmente en Salazar y Roncal, se mantiene la pureza; estos valles constituyen la cuna de la oveja indígena, denominada “Rasa de Navarra”, ligera variante de la “aragonesa”, tronco racial bien definido.
El área de expansión se sitúa al sur y este de una línea imaginaria que pasa por Améscoa, valles de Araquil, Juslapeña y Erro, hasta Arive y Villanueva de Aézcoa. De vientre ancho, patas recias y cortas, buen peso y amplias orejas, se adapta a las más variadas condiciones ambientales, alcanza una alta fecundidad y es muy prolífica (un 15% de partos dobles en años normales y el doble si la comida es abundante); es además muy estimada para la producción de carne; su lana se ha introducido en la industria textil y se utilizó frecuentemente en la elaboración de colchones.
La Diputación Foral inició en la década de 1980 un programa de mejora genética para el crecimiento de la productividad y calidad de esta raza. La experiencia se realizaba inicialmente con 10 rebaños de 6.000 cabezas en conjunto, y se lograron resultados muy notables, con una productividad (1984) de 1,68 corderos vendidos por oveja/año. La incorporación de España a la Comunidad Económica Europea (1986) abría buenas perspectivas para la venta de carne en las regiones (Sur de Francia, Italia) donde se prefieren canales de poco peso. Por contra, la importación de lana australiana, neozelandesa o surafricana, aparte de la expansión de las fibras artificiales hacía peligrar el mercado del producto autóctono, aunque la calidad del mismo suponía una buena base para su mantenimiento.
Una característica especial en la crianza de esta raza es la trashumancia de los valles pirenaicos hacia las Bardenas Reales, cuyo aprovechamiento corresponde a perpetuo a diversos pueblos navarros congozantes y, entre ellos, a estos valles norteños. En torno a las 40.000 reses anuales -60.000-70.000 en temporada alta- pastan en esta comarca. Sin embargo, esta costumbre se encuentra en franca decadencia por múltiples factores; las treinta marcas registradas en la década de 1920 se habían reducido 60 años después a sólo siete.