RAMÓN Y CAJAL, SANTIAGO
RAMÓN Y CAJAL, Santiago
(Petilla de Aragón, 1.5.1852 – Madrid, 17.10.1934). Médico, histólogo, catedrático y premio Nobel. Hilo de larresanos, Ramón y Cajal se consideró siempre aragonés. Vivió su infancia en los pueblos altoaragoneses donde el padre ejerció de médico: Larrés Luna, Valpalmas y Ayerbe. En estos dos últimos recibió la primera enseñanza; la segunda, en los Escolapios de Jaca y el Instituto de Huesca; cursó Medicina en la Universidad de Zaragoza (1869-1873). Médico segundo de Sanidad Militar por oposición, participó en la guerra carlista en Cataluña (1873-1874) y en la colonial de Cuba (1874-1875). Regresó a la península y fue ayudante de anatomía y profesor auxiliar interino de la misma asignatura (1875), en Zaragoza. Se doctoró por Madrid (1877). Logró la cátedra de Anatomía en Valencia (1883), tras fracasar en las oposiciones dos veces (1878, 1880), y regentó las de Histología Normal Patológica en Barcelona (1887-1892) y en Madrid, que ganó por oposición. Fue miembro de la Real Academia de Ciencias (1897) y de la Española (1905); director del Instituto Nacional de Higiene (1900); primer presidente de la Junta para Ampliación de Estudios (1907); creador del Instituto que lleva su nombre (1920). Recibió, además del Premio Nobel (1906), el Internacional de Moscú (1900) y la Medalla Helmholtz (1905). Fue invitado a la Croonian Lecture de la Royal Society londinense (1894) y la Clark University norteamericana (1899), entre otras. El homenaje Libro en honor de D. Ramón Santiago y Cajal se publicó en 1922.
Los principales títulos de Ramón y Cajal fueron Histologie du système nerveux de l´homme et des vertebrés (París, 1909-1911), versión ampliada de Histología del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados (1879-1904), Estudios sobre la degeneración y regeneración del sistema nervioso (Madrid, 1913-1914), el discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales Reglas y consejos sobre la investigación biológica (1897), La fotografía de los colores (Madrid, 1912), Cuentos de vacaciones (1905), Charlas de café (1921); Recuerdos de mi vida (Madrid, 1923), edición tercera y definitiva), El mundo visto a los ochenta años (Madrid, 1934); las Obras literarias completas son póstumas (Madrid, 1950).
Ramón y Cajal dijo que en Barcelona vivió su “año cumbre, año de fortuna” en 1888, cuando pudo demostrar por primera vez que las células nerviosas son contiguas, pero no continuas, evidencia a la que llegó mediante preparaciones micrográficas; en otras palabras, que las células nerviosas no se comunican entre sí por continuidad, sino por contacto de las terminaciones dendríticas de una con las de otra. La célula es una unidad morfológica, llamada neurona por uno de los cajalistas. La teoría de la neurona fue la máxima aportación cajaliana.
A la eficacia de las preparaciones de tinción del tejido nervioso Ramón y Cajal colaboró con técnicas como la de la doble impregnación cromoargéntica o la del nitrato de plata reducido; y más tarde aprovechó las invenciones del nitrato de urano (1912) y del sublimado oro (1913).
Al tiempo que figura clave en la historia de la ciencia, Ramón y Cajal fue un ciudadano sensible y preocupado por el momento y los sucesos y relacionado con las corrientes de pensamiento. La realidad de la Guerra Carlista y el desastre del 98 le empujaron a participar del regeneracionismo, cuya clave para él es el esfuerzo en el trabajo diario, y de un cierto pesimismo ante los acontecimientos de los años 30, últimos que le tocó vivir. En el desarrollo de sus ideas cabe destacar un cierto quijotismo español de la ciencia en A patria chica, alma grande, discurso universitario con que en Madrid agradeció la concesión del Premio de Moscú (1900), y Psicología de Don Quijote y el quijotismo (1905).