PUNICASTRO, CASTILLO DE
PUNICASTRO, castillo de
Antigua fortaleza situada en época medieval cerca de Torralba y Aguilar, en una posición estratégica de la sierra de Codés. Había en ella señores o tenentes cuando menos desde el siglo XI. En época dé Teobaldo I, en 1237, era gobernador Juan Pérez de Baztán, alférez real. Se hicieron obras en el castillo en 1264, y más tarde, en 1280, siendo alcaide Pedro Ruiz, se recubrieron las casas, se hizo una puerta nueva y se reparó el horno. Diez años después, se rehacía una de las torres, una casa del recinto y el puente.
En 1306 se repararon las casas del castillo, siendo alcaide Droynet de Neldis, y en 1324 tuvieron lugar nuevas obras, a cargo de Sancho Miguel. Más tarde, en 1340, consta como alcaide Robert de Sant Pol, lugarteniente del merino. Carlos II confió la guarda en 1351 a Íñigo Sánchez de Lizarazu, escudero, con 8 libras y 40 cahíces de retenencia al año. El mazonero Pedro Sánchez de Torralba realizó en 1359 obras en el castillo, con un presupuesto de 40 libras. Más tarde, en 1369, aparece como titular del alcaidío Juan García de Aniz, hasta 1382, en que fue nombrado en su lugar Rodrigo de Ubago el joven, a cuyas instancias se repararon en 1385 las cámaras y habitaciones del castillo, que estaban en muy mal estado. Carlos III le confirmó en su puesto en 1387.
Con ocasión de las guerra con Castilla en 1429-1430, la reina Blanca confió su guarda a Lope Álvarez de Desojo. Al propio tiempo se trajeron provisiones para unos 8 hombres de guarnición y se repararon los muros por el mazonero Cristóbal de Gauna. Continuaba el mismo alcaide en 1445, en cuya fecha se hacían nuevas reparaciones. Diez años después, ocupaba el puesto García de Dicastillo, y en 1464, Fortuño de Toledo.
Se desconoce con exactitud si el castillo fue abandonado en los últimos años del siglo XV, o si, por el contrario, fue mandado derribar en 1516, a raíz de las órdenes decretadas por el cardenal Cisneros, regente a la sazón de Castilla.