PORTERO
PORTERO
Oficial subalterno de la Corona navarra en la baja Edad Media. Hacía cumplir las ordenanzas reales en asuntos menores y, en especial, ejecutaba los mandamientos judiciales, efectuaba los embargos, subastaba los bienes confiscados, percibía las multas, etc. Ocasionalmente se le podía encargar la recaudación de ciertos tributos. Debía mantener caballo y armas en servicio del rey, al menos a mediados del siglo XIV. En 1309 los porteros del tribunal de la Corte eran 24; juzgando excesivo este número, los reformadores del reino los redujeron a 7, pero en 1336 se contaban ya diez, con una retribución diaria de 4 dineros, además de la avena para su caballería.
La denominación procede de su función originaria como vigilante del acceso a los castillos y residencias reales, según se observa en el fuero de Tafalla (1157): Nos debemus mittere postero in nostro castello per forum et custodire bene portam qualicumque hora, senior iurato vel pacato.