PLAZAOLA, EL
PLAZAOLA, El
(Ferrocarril Pamplona-Lasarte-San Sebastián). En su origen, fue construido por la Sociedad Minera guipuzcoana para transportar el hierro que se extraía de las minas de Plazaola, en Guipúzcoa. Por ello, en sus principios, únicamente funcionó como tren minero entre las citadas minas y la estación de Andoáin, en la línea del Norte. La concesión ara esos 22 km se obtuvo en 1902. Posteriormente, el 19 de octubre de 1910, se logró nueva concesión para prolongar la línea desde Plazaola a Pamplona (55´983 km), y por último, el 18 de marzo de 1911, otra para el tramo de Andoáin a Lasarte, donde empalmaba con la línea de los Vascongados hasta San Sebastián (7´976 km).
El proyecto fue obra del ingeniero donostiarra Manuel Alonso Zabala, ayudado por Antonio Liaño, ingeniero militar. El presupuesto fue de 13 millones. En el tramo Pamplona-Latasa dirigió las obras Fermín Marquina; en el de Latasa-Huici, Félix Oraá, y en el de Huici a Plazaola, Emilio Tobalina.
El 19 de enero de 1914 tuvo lugar la solemne inauguración de la línea, con el recorrido cubierto de nieve. Salieron simultáneamente el tren procedente de San Sebastián y el de Pamplona, que coincidieron en la estación de Huici, donde fue bendecido por el obispo de Pamplona, Fray José López Mendoza.
Las estaciones del trayecto eran: Pamplona-Ciudad (km 0), Pamplona-Empalme (km 5), Ainzoáin (km 8), Sarasa (apeadero, km 15), Gulina (apeadero, km 22), Irurzun (km 24), Latasa (km 28)), Lecumberri (km 37), Huici (km 41), Leiza (km 52), Areso (apeadero), Plazaola (apeadero, km 56), Ameráun (apeadero), Olloqui (km 67), Andoáin (km 78), Lasarte-Empalme (km 86), Añorga (km 91), San Sebastián-Amara (km 95).
Este ferrocarril era de vía estrecha y tracción a vapor. Las locomotoras, tipo Krauss, fueron construidas en las fábricas alemanas Maffei, de Munich, en 1913. Completamente equipadas y con ténder incluido pesaban 61 toneladas cada una. En mayo de 1929 entraron en servicio unos automotores diésel, fabricados por la firma Beardmore, que desarrollaban una potencia de 200 C.V. y poseían motor de 6 cilindros y transmisión eléctrica. Disponían de 12 plazas de viajeros de 1.ª clase y 18 de 3.ª. Pesaban 33 tm y su velocidad máxima era de 62 km/h.
Los coches de viajeros, carrozados en madera, así como los furgones y vagones de mercancías, fueron construidos en los talleres de Beasáin.
Las características del terreno obligaron a los constructores a trazar numerosos túneles, puentes de hierro sobre pilastras de piedra y viaducto que todavía hoy laman la atención del viajero curioso. En territorio navarro destacan el viaducto de Gulina, de 190 m y 13 de altura y el túnel de Huici, de 2.700 m, uno de los más largos de España.
La primitiva estación de El Plazaola en Pamplona estuvo situada en la entonces carretera -hoy avenida- de Zaragoza, donde más tarde se levantó la Casa Sindical. En 1948 se trasladaron los servicios a un nuevo edificio en la avenida del Conde de Oliveto, frente a la estación de autobuses. Más tarde se centralizó también allí la terminal de “El Irati”, el ferrocarril eléctrico de Pamplona a Sangüesa.
En 1946 el viaje de Pamplona a San Sebastián duraba, según el horario-guía, 3 horas 45 minutos. En la práctica eran más de 4 horas. Ese mismo año el autobús empleaba 3 horas 15 minutos. La competencia de la carretera se iba haciendo insostenible. No obstante, en 1952 la compañía realizó un estudio para la mejora y modernización del ferrocarril mediante la adquisición de automotores diésel, reparación a fondo de coches y vagones y renovación de la vía y línea telefónica. El ambicioso proyecto superaba los 16 millones de presupuesto. Con ello se pretendía reducir el viaje a 2 horas en los rápidos y 2 horas y media en los correos. En las riadas de octubre de 1953 las aguas se llevaron varios puentes y dañaron seriamente el trazado de la vía, obligando a suspender los servicios, que ya no volverían a reanudarse. Todavía siguieron las negociaciones con las diputaciones de Navarra y Guipúzcoa, y con los ayuntamientos de los pueblos del trayecto. Por otra parte, la apertura de Potasas de Navarra parecía abrir un posible horizonte, con el transporte del mineral.
No se llegó a ningún resultado. En septiembre de 1958, un Decreto autorizaba a la compañía para el levantamiento de la vía.
En 1988 se mantenían aún en pie, en bastante buen estado de conservación, las estaciones de Lecumberri, Latasa, Huici y Leiza, y algo más deteriorada, la de Irurzun. Hace pocos años fueron derribadas las de Pamplona, Empalme de la Rochapea y Aizoáin. Se conserva también el viaducto de Gulina y vestigios y pilares de los antiguos puentes de hierro y algunos túneles, como el de Huici.