PLAZA DE TOROS
PLAZA DE TOROS
El desarrollo de las corridas de toros requirió terreno suficiente para sortear las embestidas de las reses bravas y, por tratarse de un espectáculo público al aire libre que congregaba bastante gente, resultaba imprescindible disponer de localidades para los espectadores. En siglos pasados fue norma general utilizar las plazas públicas. Se habilitaba la principal del pueblo, villa o ciudad, para coso taurino, mediante reformas y arreglos en manos de fusteros y carpinteros. El auge de la fiesta y la evolución de las corridas de toros obligó a perfeccionar los cosos, innovaciones que determinaron un aumento de los costos. Armar y desarmar la plaza se convirtió en un gasto importante. En Navarra, como en el resto de España, se intentó paliar este inconveniente invirtiendo dinero de una sola vez, construyendo un edificio especial para la celebración de las corridas de toros.
Con la construcción de las plazas de toros se disponía de espacio para crear los departamentos necesarios: control de entrada, corrales, chiqueros, carreto, toril, palcos, localidades diversas, enfermería, taquillas, servicios higiénicos, etc. En Navarra, conforme avanzaba la segunda mitad del siglo XVIII, se comprueban los deseos municipales de poseer plaza propia y fija. Para su construcción surgió el problema financiero y el de conseguir la oportuna licencia, siendo insuficientes la municipal y la provincial, debiéndose ajustar a la reglamentación estatal. El siglo XIX marca un hito en Navarra y se edificaron varias plazas de toros fijas, tendencia continuada en el XX. Actualmente existen las siguientes:
Cintruénigo, las corridas se celebraban en septiembre, en honor de su patrona la Virgen de la Paz, en plaza pública cerrada con carros, galeras y remolques, con anterioridad al año 1968 se empleó portátil en algunas fechas, para desde entonces contar con plaza fija, levantada donde se asentaba el antiguo convento de Capuchinos, con un aforo de 4.528 localidades, que unidas a palcos para invitados suman 5.046, pudiéndose habilitar terraza para otros 2.000 espectadores. Posee patio de caballos, corrales, enfermería con sala de reposo y cuatro camas; tiene una capilla con la imagen de la Virgen de las Angustias, así como esculturas de alabastro en la fachada y palco presidencial.
Corella, el año 1842 se creó una sociedad para construir plaza de toros fija, y en 1847 estaba prácticamente terminada, edificada a base de madera, ladrillo y mampostería, con aforo de 4.000 localidades, teniendo enfermería, corrales, siete chiqueros, patio y cuadra de caballos; se inauguró el 18 de mayo de 1856.
Estella, durante siglos se corrieron reses bravas en la primitiva plaza de San Juan, luego del Mercado Nuevo y ahora de los Fueros. En 1625 hubo funciones taurinas en la plaza de San Juan alternando con la de San Martín, motivo de reclamaciones zanjadas con la edificación de plaza de toros por Esteban Larrión, inaugurada el 29 de agosto de 1845. Fue la primera plaza de toros fija estellesa, inaugurándose otra el 2 de septiembre de 1971, con aforo de unas 4.500 localidades, fue reformada en 1981.
Fitero, estrenó plaza de toros en septiembre de 1897.
Lodosa, inauguró su plaza, con un aforo de unas 3.000 localidades, el 2 de septiembre de 1901.
Mendavia, un conjunto de mendavieses decidió construir a sus expensas una plaza de toros fija, logrando sus propósitos en fases: la primera el 3 de junio de 1979, inaugurada en forma de festejo con mozos locales, la segunda el 15 de noviembre de 1981, con tres novillos de García Villalón de Cádiz, programando la tercera y última fase de la plaza para fecha próxima; tendrá un aforo de 2.300 localidades.
Pamplona, se corrieron toros en su Plaza del Castillo, fundamentalmente, hasta agosto de 1843. Su primera plaza de toros fija se localizaba en la finca Charón de sus murallas, dándose la primera corrida el año 1844 por San Fermín. La plaza resultó un fiasco, para su propietario, el Ayuntamiento, y hubo que reedificarla desde sus cimientos, volviéndose a inaugurar en 1852 con un aforo de nueve mil localidades. Se quemó el 10 de agosto de 1921, cuando ya se construía la actual, que comenzó su vida taurina el 7 de julio de 1922. La construyó la Casa Misericordia en terrenos cedidos por el ayuntamiento. Francisco Uncola hizo los planos, contaba con 13.620 localidades y costó 1.270.750,85 ptas. Considerada como una de las mejores plazas de España con las reformas introducidas en 1967, su capacidad es de 19.529 localidades (segunda de España por aforo).
Sangüesa, sobrepasada la segunda mitad del siglo XIX se construyó un coso fijo, pero fue derribado y se edificaron en su terreno escuelas, que funcionaron desde 1893. En 1969 se dispuso una plaza metálica prefabricada trasladada desde Riaza, que continuó sin desmontarse hasta la inauguración de la actual, fija el 12 de septiembre de 1982.
Tafalla, su coso fijo se inauguró el 15 de agosto de 1888, fue construida con notable solidez a base de piedra y ladrillo, con aforo de unas 3.969 localidades.
Tudela, el 9 de septiembre de 1842, se inauguró la primera de sus plazas fijas, siguió funcionando hasta 1920, y, tras derribarse, comenzó la vida de la actual el 26 de julio de 1933. Su aforo sobrepasa las 8.000 entradas.
En el pasado se edificaron otras plazas fijas en Navarra aunque posteriormente se derruyeron, tal fue el caso de Elizondo en el Valle de Baztán, la plaza existía en 1906, donde actualmente se encuentra el “Casino”.