PEZ
PEZ
Animal perteneciente al grupo de vertebrados acuáticos. Está representado en Navarra por 25 especies, pertenecientes a 12 familias distintas, que pueblan los ríos, embalses y lagunas del territorio foral.
La familia de los Ciprínidos es la que cuenta con un mayor número de especies, once en total: barbo común, barbo de montaña, madrilla, chipa, cacho, carpa, carpín dorado, carpín común, bermejuela, tenca y gobio. Los Salmónidos están representados por tres especies: salmón atlántico, trucha común y trucha arco-iris, si bien en la trucha común se puede distinguir una forma no migradora, adaptada a la vida permanente en aguas dulces: la trucha fario, y otra emigrante al mar: el reo. Los Cobítidos con dos especies: la locha y la colmilleja, son la última familia que tiene más de un representante en nuestras aguas. El resto de las especies pertenece cada una a una familia: Petromizónidos (Lampreílla), Clupéidos (Sábalo), Esócidos (Lucio), Anguílidos (Anguila), Centrárquidos (Perca americana), Blénidos (Blenio de río), Mugílidos (Corcón), Cótidos (Coto común) y Pleuronéctidos (Platija).
Cinco de las especies que actualmente pueden encontrarse en las aguas de Navarra son de origen alóctono y fueron introducidas en diversas épocas; mientras que la carpa y el carpín datan posiblemente de la época romana y hoy en día están naturalizadas, la trucha arco-iris, la perca americana y el lucio han sido introducidos en el presente siglo. El grado de adaptación de estas últimas ha sido distinto de unas a otras, ya que mientras el lucio y la perca desarrollan sus ciclos vitales de forma natural, la trucha arco-iris se mantiene a base de repoblaciones periódicas o gracias a las fugas que tienen lugar en las distintas piscifactorías comerciales que la cultivan.
En los ríos de la vertiente mediterránea los peces que se encuentran son, todos estrictamente dulceacuícolas, a excepción de la anguila, que emigra al mar para reproducirse. Por el contrario, en la vertiente cantábrica, fundamentalmente en el Bidasoa, Navarra cuenta con la presencia de especies ícticas que pasan una parte de su vida en el mar; el salmón, el reo y el sábalo son especies anadromas que pasan parte de su vida en el mar y ascienden por los ríos en el período de reproducción. La anguila, por su parte, es una especie catadroma que vive en los ríos y emigra al mar cuando va a alcanzar la madurez sexual. Otras especies como el corcón y la platija pueden catalogarse dentro de la ictiofauna navarra debido a que, a pesar de sus costumbres marítimas, penetran por los cauces fluviales siguiendo la influencia de las mareas; el hecho de que el término de Endarlaza esté próximo al límite de influencia marina, permite la presencia de estos peces en aguas de Navarra.
Si bien al hablar de peces migradores se suele hacer referencia propiamente a aquellos que dividen su ciclo vital entre el mar y los ríos, sean anadromos o catadromos. Casi todas las especies suelen efectuar algún tipo de desplazamiento a lo largo del río; los principales suelen ser de dos tipos: aguas arriba con fines reproductores y aguas abajo con fines tróficos. Este es el caso de la trucha de río y de varios Ciprínidos de aguas vivas, como la madrilla, los barbos o el gobio.
Desde el punto de vista zoogeográfico, los cursos fluviales de Navarra alcanzan especial importancia para algunas especies. El Ebro y los cursos bajos de sus principales afluentes (Arga, Ega y Aragón) marcan el límite de distribución septentrional de algunos peces; es el caso de la bermejuela, el blenio de río y la colmilleja. Por otra parte, el coto común y la lampreilla, especies muy frecuentes al norte de los Pirineos, sólo han sido localizadas en la Península Ibérica en algunos ríos de la vertiente cantábrica de Navarra.
Atendiendo a la clásica división de Navarra en Montaña, Zona Media y Ribera, se puede decir que las especies más típicas de los ríos en cada una de ellas son: la trucha común y la chipa en la montaña, coincidiendo con los cursos altos de los ríos. La madrilla y también el barbo y la chipa son las especies más frecuentes en la Zona Media, y el barbo junto con la carpa, madrilla y tenca en los cursos bajos que recorren la Ribera.
Con referencia a los hábitos de vida de los peces, algunas especies como la madrilla, la bermejuela y el barbo común, son de costumbres gregarias, y viven formando bandos o cardúmenes que agrupan a numerosos individuos. Por su parte la trucha, el lucio, la perca americana o la colmilleja son fundamentalmente individualistas y muy territoriales. Finalmente hay especies, como el cacho y la chipa, que siendo gregarias en sus fases juveniles pasan a tener una vida más individual al hacerse adultos.
Por lo que respecta a las condiciones del medio en que se instalan algunas especies como la trucha, el salmón, la chipa o el gobio, son propias de aguas vivas, de corriente fuerte, frescas y bien oxigenadas. Otras están adaptadas a la vida en zonas profundas y de corriente escasa o nula, con temperatura más elevada; es el caso de la carpa, la tenca, el carpín dorado o el lucio.
Las costumbres alimenticias de los peces varían también de unas especies a otras y representan una amplia gama de posibilidades de explotación de los recursos tróficos del río. Haciendo una simplificación se puede decir que en los ríos navarros hay especies principalmente depredadoras como la trucha, el bienio, la anguila y el lucio, entre otros, cuya base alimenticia la componen los invertebrados acuáticos, pececillos, anfibios y otros organismos vivos que cazan, bien al acecho o bien persiguiéndolos. Otras especies como el corcón, la carpa y el carpín son fundamentalmente hervíboras y aprovechan sobre todo las algas y plantas acuáticas, aunque junto con ellas comen los pequeños invertebrados que viven fiados a las plantas. No obstante, la mayoría de las especies de peces de Navarra se comportan como omnívoras, aprovechando en su régimen alimenticio tanto las presas animales como los restos vegetales que pueden consumir.