PESADILLA
PESADILLA
Ensueño angustioso y tenaz. Junto a este fenómeno los fantasmas de la noche, la opresión y dificultad respiratoria típicas de quien la padece, llegaron a encarnarse en la mente popular en el inguma o ingume, especie de animal sedoso pero de mucho peso que se deslizaba por el pecho del durmiente, oprimiéndolo.
Hubo vecino de Irurita que llegó a asegurar haber logrado capturar a ese animal blando y de tamaño regular, que le había comenzado a subir por las piernas y cuerpo hasta la garganta, momento en el que, cuidando de no encender luz alguna, lo agarró y rompió en dos pedazos que tiró bajo la cama, pero que en la mañana siguiente habían desaparecido. Contra la llegada del inguma, como profiláctico de la preocupación nocturna de las gentes, no se conoce haya existido remedio empírico alguno, sino que se ha venido históricamente recurriendo a las oraciones de antes de acostarse, muchas de ellas procedentes de la liturgia católica y otras producto de la piedad o de la superstición popular.
Los usos registrados son innumerables y van desde la práctica lecaroztarra de ofrecer agua bendita diciendo “Zeruan alkar ikusi gaitezela”, a la siguiente oración baztanesa de primeras horas de la mañana: “Yaune, man datazu/ gabon bat pasatzeko grazie: /eskatzen dazut/ egun on bat pasatzeko;/ gañera, egiten duten bekatu/ guzien, barkamendu”. A Santa Inés rogaban en Alcoz: “Santa Inés/inbiaut amets:/ ittekotan ona/ betzenaz baterez”; en tanto que en el Valle de Elorz intercedían el favor de San Bartolomé (venerado en Cemboráin) con los siguientes gozos: “San Bartolomé glorioso,/ contra el diablo fuerte y poderoso:/ San Bartolomé se levantó/ al son que el gallo cantó/ y con Jesucristo se encontró./ ¿Dónde vas, Bartolomé?/ Yo, Señor, con Vos iré./ Tú conmigo vendrás/ y a la gloria subirás,/ y allí te daré un don/ que te sirva de blasón;/ En la casa que digan tres veces esta oración,/ no morirá mujer de parto,/ ni criatura de espanto”.
En la práctica lecaroztarra de ofrecer agua bendita al acostarse hay una variante recitativa: “Artzen dut ur bedeikatue/ apezak salutatue,/ Kristok bedeikatue./ Artzazu gure arima/ sendatue eta salbatue”, donde palabra salutatu puede tener un sentido originariamente supersticioso, en cuanto que la acción significada consiste en usar de ciertas preces y fórmulas, inhalando o aplicando saliva para curar y precaver de la rabia y otros males, de donde se reduce que el pueblo expresaba con la misma palabra la acción del sacerdote y la del saludador.
Bibliografía
P.J.A. de Donostia, Oraciones, prácticas religiosas y medicinales populares, “”. IV (Pamplona, 1972).