PABLO SARASATE, CONSERVATORIO
PABLO SARASATE, Conservatorio
Creado por decreto de 21 de agosto de 1956, en sustitución de la Academia Municipal de Música que la ciudad de Pamplona tenía en un viejo edificio de la Plaza del Vínculo. Las malas condiciones en las que se impartían las clases indujo a la construcción de un inmueble específico para conservatorio; se estudiaron diversos emplazamientos en la zona joven de la ciudad, incluido el Bosquecillo de la Taconera.
Al nuevo edificio se le dotó de técnicas modernas aplicadas a la acústica en la aulas (todas la salas son insonorizadas) y se dotó con un pequeño “auditorium” para la utilización práctica de sus clases, de régimen interno del centro (aunque el ciudadano de la calle tenga acceso a los conciertos), cámara de grabación etc. Sin embargo, el proyecto inicial era más ambicioso y se rebajó con otro de coste modesto, en el que se desechó el “auditorium” público anejo; también el previsto gabinete de electrónica no ha pasado de utopía, etc.
El decreto de 21 de agosto de 1956, ampliaba el de 20 de abril de 1951, en el que se reconoció la validez académica, con grado de conservatorio, a los estudios de la Academia Municipal de Música de Pamplona. Los últimos años de la Academia, ya reconocida la validez de sus enseñanzas, los regentó Miguel Echeveste, pero de Madrid fue nombrado Delegado que se encargara del trámite de elevar la academia a conservatorio, Martín Lipúzcoa.
M. Lipúzcoa soslayó la insinuación ministerial de ser primer director del nuevo centro, y propuso para ello a Fernando Remacha, que dirigió el conservatorio navarro “Pablo Sarasate” desde agosto de 1956 a febrero de 1973 (tenía 75 años), en que cesó a petición propia.
El arranque del conservatorio fue espectacular y ha recibido tal respuesta de la ciudad, que en pocos años ha resultado insuficiente ante la demanda en todas las disciplinas.
F. Remacha volvió a establecer el Método de Solfeo de Eslava, el Hindemith de la “Armonía tradicional”, el sistema Orff-Schulwerk para el ritmo primario y el Contrapunto de Krenek. Se dio impulso al canto gregoriano con la cátedra “Félix Huarte”, para la que se trajeron profesores de Solesmes, que impartieron sus disciplinas en repetidos cursos para expertos, y no se perdió la oportunidad de escuchar personalmente a grandes contemporáneos, como es el caso de Karl Heinz Stokhaussen.
Cuando cesó F. Remacha, le sucedió durante seis meses -marzo a agosto de 1973-, Martín Lipúzcoa, que fue director “en funciones”. En septiembre de 1973 se hizo cargo del conservatorio, Pascual Rodríguez Aldave, compositor lesacarra que residía en París. Su gestión transcurrió hasta el 30 de septiembre de 1983, en que fue cesado por la Diputación Foral de Navarra, antes de la terminación de su contrato. Continuó en el claustro de profesores hasta su jubilación el 31 de julio de 1984.
Del 1 de octubre de 1983 al 15 de agosto de 1984, ocupó el cargo “en funciones”, Santiago Garay Iriarte profesor de piano.
El 16 de agosto de 1984, por designación del Patronato, fue nombrado profesor y director del Conservatorio, Miguel Ros García, que simultaneó el puesto con la dirección de “Santa Cecilia” y, abandonó ambos en enero de 1985. Cinco meses después, por concurso-oposición, fue designada a Arminda Luengo.
La tragedia del Conservatorio de Pamplona es que, habiendo sido creado en su estructura de fábrica, exclusivamente para este fin, lo que le valió toda clase de elogios para la prensa de todo el Estado, ya que era el primer paso en España de tal circunstancia, se ha quedado pequeño casi desde el día de su apertura. A mediados de la década de 1980 tenía 2.000 alumnos oficiales y casi 2.400 libres, lo que arroja sobre el responsable de su institución material, a imprevisión, la usura de medios, el reducido edificio (se dan clases en la biblioteca, en los pasillos), que ni cuenta con el “auditorium” adicional de proyecto, y además ha quedado encorsetado entre construcciones que no han tenido en cuenta, ni han respetado, sus dimensiones, convirtiéndolo en hermano corto de talla entre sus vecinos. Se ha tratado de solucionar lo angustioso de la situación con filiales del Conservatorio en Tudela, Sangüesa, Burlada, Tafalla, Barañáin, etc, pero la estrechez de medios en que se mueven no ayudan a resolver el problema. En el Conservatorio “Pablo Sarasate”, se imparte solfeo en toda su profundidad, atendido con un rigor loable y origen de todo cuanto se quiera cultivar posteriormente. Todos los instrumentos de la orquesta, órgano -su aula tiene instrumento propio-, además de canto, guitarra, historia de la música, txistu y cátedras de danzas clásica y española. Uno de los cuidados que inquietó a Fernando Remacha fue la terminación de la carrera de piano en el Conservatorio, para lo que implantó para el último curso, el estudio de virtuosismo, que ha sido explicado siempre por eminentes pianistas (Pilar Bayona, Pedro Espinosa o Joaquín Tresserras).