OLÓRIZ AZPARREN, HERMILIO
OLÓRIZ AZPARREN, Hermilio
(5.5.1919). Poeta e historiador. Estudió bachillerato en el Instituto. La realidad de su Navarra, reino recién convertido en provincia, contribuyó a que viviera apasionadamente el drama foral, institucional y cultural lo mismo que otros navarros de su época. La crisis política les hizo mirar el pasado del Reino e interpretarlo, bajo los parámetros del romanticismo: exaltó la figura de sus Reyes y las gestas de los Vascones por la independencia en Roncesvalles, Olast y Amayur. Dotado de una sensibilidad extraordinaria y de un temperamento vehemente, que le llevó a un enfrentamiento dialéctico con Severo Simavilla, redactor de “El Navarro”, fue uno de los exponentes más claros del fenómeno cultural del momento.
Recién terminada la guerra civil, entró a formar parte del grupo de Iturralde y Suit y fue cofundador de la “Asociación Euskara de Navarra” (1877), y secretario de redacción de la “Revista Éuskara” (1878). El mismo año la Diputación lo nombró bibliotecario y cronista de Navarra, y estrenó con gran éxito en el Teatro Principal de Pamplona su obra dramática En manos del extranjero. Colaboró intensamente con artículos literarios, históricos y fueristas en diversas publicaciones periódicas, como “La Paz” (Madrid), “El Arga”, “Lau-Buru”, “El Ateneo”, “La Ilustración Navarra”, “Revista del antiguo Reino de Navarra”, “Navarra ilustrada”, que aparecen a veces sin la firma del autor.
Pensionado por la Diputación para realizar en Madrid un Diccionario de Varones Ilustres de Navarra, residió largas temporadas en aquella capital. Fue correspondiente de la Real Academia de la Historia (2.1.1885), miembro extranjero de la “Société française d´Archéologie” (29 junio 1888), socio delegado del Centro Excursionista de Cataluña, mantenedor de los Juegos Florales de Barcelona (1895) y socio de honor de otras muchas entidades culturales.
Fue además un poeta que, sobre todo durante su juventud, cantó apasionadamente las gestas épicas de los vascones y las libertades o fueros de Navarra. Lo atestiguan los títulos de sus mejores poemas: El Romancero de Navarra (Pamplona, 1876), con Roncesvalles, Olat (canto a la victoria de los roncaleses sobre los moros) y Pamplona; su calidad literaria fue muy encomiada por Manuel Valcárcel; La Rota de Roncesvalles y Las Navas de Tolosa, premiados en el certamen organizador por el Ayuntamiento pamplonés para escritores en castellano y vascuence (13.7.1882); Calahorra, poema premiado en el certamen de 1883 celebrado también bajo los auspicios del Ayuntamiento de Pamplona (1900); Laureles y siemprevivas (Pamplona, 1983); Ecos de mi Patria. Leyendas y poesías (Pamplona, 1900); la décima publicada al pie del grabado del proyecto del monumento a los Fueros en Navarra Ilustrada (1894), las traducciones del Gernikako arbola, de Iparraguirre, y del Astobiskaren kantua, y el Himno a los Fueros, a cuya letra pusieron música, sucesivamente, los maestros García, Erviti, Landíbar, Larregla y Rosaenz. Estas y otras producciones literarias trataban de comunicar a sus paisanos el amor a la patria a través de la contemplación de la historia. Tienen distinto carácter Aula de Dios, refundición de un poema del cartujo tafallés fray Miguel de Dicastillo (dos ediciones en 1897) y El Naufragio (Pamplona, s.a.).
Durante su juventud, cuando todavía era superficial su conocimiento de la historia de Navarra, se sirvió de ella para ponerla al servicio de su ideal. Su primera obra en prosa, Fundamento y defensa de los Fueros (Pamplona, 1880), está escrita con ardor y con el propósito de “defender las combatidas libertades y mostrar los males que la desunión ha traído al país”. El Resumen histórico del Antiguo Reino de Navarra (Pamplona, Tmp. Provincial, 1887) es un extracto de la historia escrita por Yanguas y Miranda. Fue alabado por Paul Boissonnade y sirvió de modelo a Capitolina Bustince para su Compendio histórico. En La Cuestión foral (Pamplona, Tmp. Provincial, 1894) el cronista de Navarra relata los principales acontecimientos patrióticos de la gamazada (contrafuero, manifestaciones populares, viajes de la diputación a Madrid), desde mayo de 1893 a julio de 1894. La Cartilla foral (Pamplona, 1894) fue la obra de mayor divulgación (no menos de cinco ediciones en pocos años), escrita en forma de preguntas y respuestas breves, con lenguaje sencillo y comprensible, fuerte carga emocional y con la esperanza de recuperar los fueros y con ellos una Navarra ideal. Adoptó la misma metodología expositiva en sus Breves nociones geográficas de Navarra para instrucción de los niños (Pamplona, Tmp. Provincial, 1902), con las que se propuso que los escolares navarros conocieran, amaran y respetaran a su patria. Encargado por la diputación de reorganizar los fondos medievales del archivo, publicó el Archivo de Comptos. Informe sobre su estado (1904). La obra de investigación histórica más original madura fue: Navarra en la guerra de la Independencia. Biografía del guerrillero Don Francisco Espoz (Espoz y Mina) y noticia de la abolición y restablecimiento del Régimen Foral (Pamplona, 1910). Poco antes de morir publicó la Nueva biografía del Doctor Navarro don Martín de Azpilicueta (1919), réplica de la escrita por Mariano Arigita (1895), cuyo valor no mengua. Del proyectado Diccionario de los hombres célebres de Navarra, fueron apareciendo extractos biográficos de 34 personajes en “El Eco de Navarra” (1898-1899), bajo el título Ligeras notas biográficas de algunos varones ilustres de Navarra.
Bibliografía
T. Azcárate, Hermilio de Olóriz, en “” (1919, 38), p. 150. A. Pérez Goyena, Ensayo de Bibliografía navarra, VIII, p. 780-782. M. Iribarren, Escritores navarros, p. 161.