OJALATERO
OJALATERO
Se aplicó este nombre durante las guerras carlistas a los que lejos del combate, soñaban con ganar sin más esfuerzo que el de su adhesión pasiva a la causa. La palabra tuvo su origen en la frase “¡Ojalá ataquen y ganemos!”, atribuida en la primera guerra a los que hoy se conocen como emboscados. Más adelante se aplicó a los permisos y holganzas de los voluntarios, y así, Santiago M. Palacio, autor del libro El Batallón de Guernica (Barcelona, 1917), titula uno de los capítulos “De ojalateo”, para describir una excursión por la retaguardia carlista. Según Pirala, la palabra la inventó Carlos O´Donnell, coronel carlista que murió en mayo de 1835 en una acción desgraciada ante los muros de Pamplona.