MUNÁRRIZ
Categoría histórica: Lugar.
Categoría administrativa: Concejo del municipio de Goñi.
Partido Judicial: Estella.
Merindad: Estella.
Comarca: Cuenca de Pamplona.
Población (1986): 54 habitantes de hecho, 56 de derecho.
Distancia a Pamplona: 40 kilómetros.
Comunicaciones: Carretera local hasta Pamplona y con enlace en Irurzun con la nacional N-240 A, Pamplona-Vitoria.
Geografía
El término confina al N con la sierra de Andía, al E con Urdánoz, al S con Guembe y Salinas de Oro, y al O con la sierra de Andía y Vidaurre.
Realizada la concentración parcelaria (1971): 286 Ha, 44 propietarios, 1.063 parcelas antes y 140 después.
Comunes. 939 Ha (24 de secano, 393 de pastos, 248 de monte maderable.)
Antiguo lugar de señorío realengo cuyas exacciones unificó por “fuero” el rey Teobaldo I (1253) cifrándolas en 700 sueldos anuales. Carlos III asignó sus rentas (1379) a Iñigo Martínez de Beortegui. En atención a los daños sufridos en su defensa, Juan II (1457) liberó a los vecinos de sus cargas señoriales.
Mantuvo el privilegio de hidalguía universal que le había concedido Juan II hasta la desaparición de esa cualificación social en la primera mitad del siglo XIX. En 1847 tenía escuela, dotada con 1.100 reales, y la iglesia estaba servida por un abad, que presentaba el pueblo, y por un beneficiado, que presentaba el abad o el rey según el mes en que se daba la vacante.
También se ha empleado el nombre Amunárriz, al menos hasta comienzos del siglo XIX.
Arte
La parroquia de la Expectación de Nuestra Señora fue construida a comienzos del siglo XIII con fines defensivos, según se desprende de sus muros y su robusta torre prismática. No obstante, el aspecto actual de la iglesia es el resultado de la profunda remodelación y ampliación sufrida en estilo gótico a lo largo del siglo XIV. A esta centuria pertenecen la cabecera poligonal cubierta por bóveda gallonada de nervios así como las cubiertas de tracería gótica de los tres tramos de nave y de las dos capillas laterales, las cuales configuran un pequeño crucero resaltado en la planta. Todos los nervios apean en ménsulas poligonales lisas con capiteles figurativos de fina labra, en relación estilística con el taller del claustro de Pamplona. A la época corresponde asimismo la portada compuesta por un arco alancetado que se abocina por ocho arquivoltas cuyos capiteles corridos narran paisajes de la Infancia de Cristo en estilo de mediana calidad. Poco después se labró la tribuna de la capilla del lado del Evangelio, cuya clave del arco ostenta la inscripción: “esta obra fue acabada en el mes de margo del año de la Encarnación de Jesucristo M CCCC XXXI” y, por último, dos siglos más tarde, entre 1664 y 1670 el cantero Francisco de Bergerandi construyó la escalera de caracol.
A juzgar por las obras que se conservan, si exceptuamos la imagen de San Juan Bautista labrada en estilo hispano flamenco en torno a 1500, parece que la iglesia atraviesa una etapa de esplendor a mediados del siglo XVI, traducida en numerosos encargos de orfebrería y retablística. Prueba de ello es, por ejemplo, la cruz parroquial de plata, excelente ejemplar de estilo plateresco, que ejecutó poco después de 1550 el conocido orfebre Pedro del Mercado y a la que, en el año 1618, el platero Agustín de Agorreta añadió las imágenes romanistas de la Virgen y San Juan.
De los tres retablos que realizó el entallador Pedro de Gabiría en torno a 1570 sólo se conserva completo el del Salvador, de estilo plateresco aunque en la primitiva policromía del pintor Juan Claver rehecha en el neoclásico; estos repintes hacen desmerecer también a la propia escultura, ya de sí algo torpe de labra. Contemporáneos de este conjunto y posibles restos de la imaginería cobijada en los otros retablos de Morgota, desaparecidos son también una talla de San Sebastián así como el grupo de Calvario y el busto del Padre Eterno, estos últimos en el actual retablo mayor que ejecutó en estilo neoclásico, entre 1798 y 1803, el maestro escultor Juan José Vélaz.
La ermita de San Juan Bautista, de planta rectangular y toscos muros de sillarejo, conserva los arranques de algunos arcos que permiten fechar su primitiva fábrica a comienzos del siglo XIII, coincidiendo con la primera fábrica de la parroquia.
Arquitectura civil
En el caserío, distribuido en calles de trazado irregular, se localizan varias casas del siglo XVI y algunos escudos de diferentes épocas, siendo de destacar el de Juan José de Azcárate y el de Juan Fermín de Azcárate, ambos de estilo rococó; el segundo, fechado en el año 1755, campea sobre la fachada de un monumental edificio de sillería, obra del siglo XVIII.
Bibliografía
T. Biurrun Sotil, Inventario de la riqueza artística de la Diócesis de Pamplona “” (1928), p. 215-216 y La escultura religiosa y Bellas Artes en Navarra durante la época del Renacimiento (Pamplona, 1945), p. 198. M. C. García Gaínza, La escultura romanista en Navarra (Pamplona, 1969), p. 226. J. E. Uranga Galdiano e F. Iñiguez Almech, Arte medieval navarro. Vol IV (Pamplona, 1973), p. 174 y 176. J. M. Omeñaca, Retablos en Munárriz. Pregón, 1976. J. Ursúa Irigoyen, Pedro de Gabiría y Martín de Morgota, Maestros de la talla (1515-1616). “.” (1980), p. 465. M. C. García Gaínza, M. C. Heredia Moreno, J. Rivas Carmona y M. Orbe Sivatte, Catálogo Monumental de Navarra II. Merindad de Estella. (Pamplona, 1983), p. 36-44.