MOSAICO ROMANO
MOSAICO ROMANO
Se entiende por tal la decoración de suelos, paredes o techos a base de pequeñas piezas de piedra, terracota o pasta vítrea, fijadas sobre una capa de argamasa, formando una superficie lisa con representaciones geométricas o figuradas. Las piezas de que se compone se llaman teselas. Si las piezas no cubren toda la superficie y aparecen simplemente formando dibujos geométricos o desperdigadas por el cemento, el mosaico se denomina opus signinum; si por el contrario, forma superficies coloreadas ocultando la preparación, recibe la denominación de opus tessellatum. Cuando la cubrición se realiza a base de placas de mármol relativamente grandes, formando dibujos, estamos ante un opus sectile. Por último, cabe señalar el opus vermiculatum, realizado con teselas muy pequeñas que asemejan el resultado a una pintura. Lógicamente, el de mayor valor artístico -el caro y en consecuencia escaso opus vermiculatum- es el opus tessellatum, cuya evolución desde el siglo I a.C. en que aparece es muy importante.
Inicialmente sencillo, con superficies blancas con recuadros en negro o cenefas ornamentales, alcanza en época bajoimperial, y aún antes, una gran complicación, con representaciones de escenas mitológicas, cazas o deportes, en combinaciones multicolores de gran belleza y calidad artística.
En todo caso, fueron un componente importante de la arquitectura; el uso de materiales pobres exigía revestimientos de suelos y paredes que dieran a los interiores un aspecto cómodo y agradable. Tomados de los griegos, como tantas otras cosas en el arte y la cultura en general, los romanos le confirieron, sin embargo una particular carta de naturaleza.
Aunque la técnica musivaria fue aplicada, en este momento, a cualquier superficie arquitectónica, en Navarra sólo se han conservado algunos de los colocados como pavimentos, suficientes, no obstante, para comprobar que la zona no permaneció, antes al contrario, al margen de las grandes escuelas de musivarios que recorrían el imperio con sus modelos y plantillas, extendiendo a todo el territorio las modas e ideas en boga en los centros culturales más importantes.
Los restos de pavimentos hallados en Navarra corresponden a tres épocas diferentes. En primer lugar correspondiendo a la primera época de influencia romana y fechables en el siglo I a. de C. se han hallado pavimentos de opus signinum en Pamplona, Cascante y Andión, lo que demuestra hasta qué punto se adoptaron los modos de vida romanos en una época muy temprana. Otro grupo de pavimentos hallados corresponde ya al tipo de opus teselatum, se puede fechar en el siglo II, del que son característicos los hallazgos de representación de murallas, Tesco, etc. de Pamplona, así como un importante grupo de Liédena, predominando la coloración de blanco y negro. Finalmente una serie de pavimentos polícromos con abigarrada decoración, los hallamos en las villas del siglo IV, tales como Liédena, Villafranca, Ramalete, etc. Es este el momento en que por la inestabilidad política, los ricos propietarios, construyen sus viviendas lujosas en el campo.
La recopilación exhaustiva realizada por J. M. Blázquez y M. A. Mezquíriz y la más reciente realizada por esta última para Andión permiten tener una importante valoración de conjunto sobre los materiales localizados y estudiados y sus características más importantes.
Bibliografía
J. M. Blázquez, M. A. Mezquíriz, Mosaicos romanos de Navarra (Madrid, 1985). M. A. Mezquíriz, Pavimentos decorados hallados en Andelos, “Trabajos de Arqueología Navarra”, 5 (1986), p. 237-245.