MONTEJURRA, BATALLAS DE
1.ª Batalla (16 noviembre 1835)
El general Cristino Fernández de Córdova había entrado en Estella el día 15 sin apenas resistencia por parte de los carlistas, ya que replegaron sin combatir a la vista de la superioridad del enemigo. Pero esta entrada obedecía a un sentimiento de vanidad, ya que la situación era insostenible, sobre todo cuando el general Eguía, que estaba en Galdácano, acudió a recuperar la plaza. También lo hizo el general García con el refuerzo de los batalladores guipuzcoanos, vizcaínos castellanos que le llevó el general alavés Villareal. Eguía se dispuso a atacar a Córdova tanto en Estella como si salía de la ciudad. Ocurrido esto último los carlistas se desplazaron hacia Irache para coronar Montejurra, cosa que también la izquierda lo hacía en Muniáin. Generalizada la batalla, sólo a costa de grandes pérdidas lograron los cristinos continuar la marcha, si bien a duras penas lograron salir de Allo, adonde llegaron en estado de dispersión.
2.ª Batalla (7, 8 y 9 noviembre 1873)
Fue uno de los grandes choques de la 3.ª guerra carlista; se alinearon 17.000 hombres con más de 1.000 caballos y 28 cañones del lado republicano, y unos 8.000 ó 9.000 del carlista. Los confidentes del pretendiente habían avisado que el general Moriones concentraba sus fuerzas en Tafalla y Puente la Reina y venía de Logroño con la idea de entrar en Estella. El día 7 flanqueo las gargantas de la sierra de Cogollo, llevando como auxiliares a los generales Primo de Rivera, Ruiz Dana. Tello y otros. Por su parte el general carlista Ollo tomó inmediatamente sus disposiciones y colocó en línea los batallones 1° de Castilla, 1° de Arratia, de Durango, de Guernica y de la Rioja, más cuatro batallones de Álava, cinco navarros y unos 200 caballos mandados por el coronel Pérula y cuatro cañones de montaña. Al romper el fuego, se presentó el general Elío, y a mediodía lo hizo Carlos (VII), que estuvo junto a sus voluntarios presenciando los combates y los movimientos de sus batallones, que duraron todo el día y parte del siguiente, pese al mal tiempo reinante. La noche del 8 supieron los carlistas que Moriones se retiraba con grandes pérdidas y el general Elío ordenó su persecución. Hubo Te Deum en Estella, las tropas fueron revistadas por don Carlos y se creó una medalla conmemorativa de la victoria.
En conmemoración de la batalla, los carlistas se reúnen en romería en la cumbre del monte. En los últimos años del régimen de Franco y coincidiendo con la evolución ideológica del propio carlismo, el acto se convirtió en una manifestación de oposición. El proceso de escisión dentro del carlismo tuvo como consecuencia los enfrentamientos ocurridos en Montejurra en 1976, en el que murió R. Pellejero. A partir de dicho momento y con el nuevo régimen democrático el acto perdió parte de su carácter reivindicativo ha ido decayendo paulatinamente.