MIXA
MIXA
Una de las comarcas o “tierras” de los dominios medievales navarros de Ultrapuertos. Sus parroquias se agrupaban en tres “mandas” o mandaciones: la de “Ultra la Bidosa”, con Aiciritz, Arberats, Arbouet, Behasque, Camou, Lapiste, Larribar, Sillègue, Sorhapuru, Suhast, Sussante y Uhart-Mixe; la de “Barohart” con Amendeuix, Beyrie, Gabat, Garris, Ilharre, Oneix, Orsanco, Saint Palais y Sumberraute; y la de “Ahetza” con Amorots, Arraute, Beguios, Charrite, Labets, Masparraute, Oregue y Succos.
Junto con Ostabarets dependía de la diócesis de Dax, lo que sugiere su inscripción primitiva en el vizcondado del mismo nombre, el cual a su vez formaba parte de la monarquía francesa a través de la instancia feudal intermedia del ducado de Aquitania, patrimonio de los reyes de Inglaterra desde mediados del siglo XII. La rebelión del vizconde Pedro II contra el futuro rey Ricardo Corazón de León, entonces duque de Aquitania (1177), propició la usurpación de Mixa-Ostabarets por el vizconde de Bearne. El matrimonio de Navarra, heredera de Dax, con Arnaldo Ramón, vizconde de Tartas, condujo a un acuerdo (1193) por el cual Gastón VI de Bearne devolvió Mixa a cambio de la villa de Orthez. Y para asegurar sin duda su señorío, Arnaldo Ramón prestó homenaje por Mixa-Ostabarets al monarca navarro Sancho VII el Fuerte (1196), comprometiéndose a defenderlo -se entiende que en dicha tierra- contra el vizconde de Bearne y el propio rey de Inglaterra.
La renovación del homenaje por Ramón Arnaldo ante Teobaldo I (1247) aclaró los términos del vínculo feudovasallático, al salvar expresamente el homenaje de mayor rango debido al monarca inglés; en caso de conflicto, el vizconde debía poner en Mixa y sus dependencias con sus demás vasallos a disposición del inglés. Este estatuto se mantuvo hasta que Arnaldo Ramón III, vizconde de Tartas, vendió todo su patrimonio a su suegro Amaneo VIII de Albret (1312), quien de momento reiteró el homenaje al rey de Navarra, como hizo también su hijo Guitart. Muerto éste último (1338), los dominios de la casa de Tartas volvieron a Mathe, viuda de Arnaldo Ramón III, la cual los legó a su vez a su segundo hermano Bernardo Ezi, sucesor de Guitart. Al negarse el nuevo señor de Albret a rendir el vasallaje tradicional por Mixa-Ostabarets, esta tierra quedó bajo el dominio directo de la Corona navarra y sólo volvió a ser entregada en feudo cuando Arnaldo Amaneo de Albret prestó el correspondiente homenaje a Carlos II (1365). Mixa y Ostabarets habían configurado en este intervalo una bailía, dependiente de la castellanía de San Juan de Pie de Puerto; la defensa se basaba en los castillos de Rocabruna, Castelrenaut y Gárriz. En este último residía el baile, responsable de las exacciones fiscales, consistentes en el francaje, los rendimientos del peaje de Gárriz y Saint Palais, y el arrendamiento de los dos molinos regios y los “devers” o posibles rentas por el aprovechamiento de vestigios de la primitiva reserva señorial. Por lo demás, las posesiones de los linajes de Luxa y Agramont quedaban como islotes exentos vinculados directamente a sus respectivos señoríos.