MARGARITA DE NAVARRA
(Angulema, 1492-Odos, Tarbes, 21.12.1549). Reina de Navarra. Hija de Carlos de Orleans, conde de Angulema, y Luisa de Saboya y hermana de Francisco I de Francia; se instruyó junto a su hermano, bajo la dirección de su madre y de Blanca de Tournon, en el neoplatonismo y los conocimientos de la época, el latín, el italiano y el español. En 1509, Luis XII de Francia le obligó a casarse con Carlos, duque de Alençon. El ascenso al trono de Francisco I permitió a Margarita crear en la corte un círculo de artistas e intelectuales reformadores, Maret, el grupo de Meaux, Lefèvre, Vatable, con la influencia religiosa del obispo de Meaux, Guillermo Briçonnet (1472-1534), en cuya diócesis se inició la aplicación de las reformas propuestas, con el apoyo del parlamento y la oposición de la Universidad de la Sorbona. La caída del monarca en manos de Carlos I de España (Pavía, 24.1.1525) permitió al centro universitario conseguir la dispersión del grupo, gracias a la debilidad de la regente Luisa de Saboya. Margarita, entretanto, negociaba la liberación de Francisco I en Pavía primero, donde conoció a su futuro esposo Enrique II de Navarra, y en Madrid, donde consiguió su objetivo a cambio de la renuncia francesa a sus intereses italianos; el delfín Francisco y el duque de Orleans quedaron en España como rehenes. Muerto Carlos de Alençon como consecuencia de una pleuresía (1525) el nuevo matrimonio con Enrique II se celebró dos años después. Con su traslado a la corte navarra de Pau y Nerac, se reconstituyó el círculo reformista de Lefèvre y Marot; también Juan Calvino se incorporó momentáneamente (1534) pero su utopía reformadora no fue bien acogida por extremista y se trasladó a Ginebra; el reino pirenaico se concentraba demasiado cerca de la contrarreforma española, en un momento en que además, era centro de acogida de todo tipo de tendencias religiosas. Calvino, incluso, criticó el refugio ofrecido por la reina a determinados grupos, como los “Libertinos Espirituales”; esta tolerancia provocó la acusación hacia la corte navarra de ser un nido de protestantes. Pese a todo, las presiones de Francisco I sobre Enrique obligaron a los monarcas navarros a moderar su hospitalidad ideológica; en este ambiente, la Sorbona puso en entredicho, inadvertidamente, una obra de Margarita, Espejo del alma pecadora (1533). Los incidentes que se produjeron con los hugonotes en Francia (“les placards”,1534) y la violencia que les acompañó llevó, con el tiempo, a un repliegue de las actividades de la reina sobre su territorio pirenaico; no obstante, participó en las sucesivas negociaciones francoespañolas y llegó a convenir el matrimonio de su hija Juana con el heredero castellano Felipe II, al objeto de conseguir la reunificación navarra; la oposición tajante de Francisco I, impidió el acuerdo (1536-1538). En 1549, cansada y enferma, se retiró al castillo de Odos, donde falleció.
Obras
Si como humanista, Margarita favoreció todo tipo de cambio en las estructuras todavía medievales de su reino, como escritora, dejó una serie de obras, fruto de los años de reflexión y soledad que pasaba en sus tierras navarras. Entre los años 1540 y 1549 pasó por una nueva fase de conversión evangélica, fuertemente matizada de neoplatonismo religioso; sus escritos son un monumento a la filosofía de su tiempo. Volvió a leer su correspondencia con el obispo Briçonnet (1521-1524) que hizo copiar y encuadernar cuidadosamente; estudió la obra del Pseudodionisio y compuso una serie de poemas místicos, que más tarde haría publicar su hija, a su muerte, con el título de Margaritas de la Margarita de las Princesas. Sus poemas más célebres son el de las Prisiones de la Reina de Navarra, muy largo, escrito en trescientos cuarenta y ocho folios a doble cara, en el que relata de una manera alegórica el proceso de ascensión mística, hasta que el alma llega al conocimiento puro de la divinidad. En su Comedia representada en Mont-de-Marsan ilustró los diversos niveles de inteligencia de las Escrituras, mientras que sus Canciones espirituales eran más íntimas y se podían acompañar de los instrumentos músicos de la época. A la muerte de su hermano Francisco (1547), compuso Margarita dos poemas renacentistas: el Navío o consolación del Rey Francisco a su hermana y la Comedia sobre la muerte del rey, en los que expresa su dolor íntimo y la consolación que buscaba en la reflexión y en la aceptación de la voluntad divina.
Se le conoce sobre todo por el Heptameron, retablo de pequeños relatos a lo Boccaccio; en él describe, a través de una serie de cronistas, su propia filosofía cargada de evangelismo neoplatónico sobre el tema del amor. Margarita estructuró sus ´Nouvelles´ siguiendo una técnica contemporánea: las historias, cuya mayor parte tiene lugar en la corte renacentista de Navarra, se entretejen unas con otras, revelando la inconsistencia del amor humano, en contraste con el amor divino que impregna la Divina Comedia de Dante, que ella tanto admiraba; los personajes más satirizados en sus pequeños relatos serán los masculinos, ya que la Reina de Navarra unía su voz a las Querelles des femmes de la época.
Fue elogiada por poetas y pensadores de su tiempo; Marot le dedicó elegías; Rabelais su Tercer libro, en cuya “dedicatoria” describió el espíritu místico de la Reina de Navarra como absorto, en términos que Platón aplicaba a la Belleza.
En torno al círculo humanista de Pau surgió una escuela navarra de la que surgieron las primeras obras vascas humanísticas; sólo se conservan las Poesías vascas de Bernat Detxepare (1545). Más tarde, bajo los auspicios de Juana de Labrit se produjo la primera traducción del Nuevo Testamento al vasco, Jesus Christ Gure Iaunaren Testamentu Berria de Jon Leizarraga (1571).
El pensamiento neoplatónico de Margarita en el que se le había educado de niña bajo la dirección de tutores florentinos, imbuirá el de casi todos sus contemporáneos, a través de un sistema de símbolos filosóficos presentados en forma poética. Es a través de esta renovación de las culturas, de las artes y de la filosofía, como quiso restablecerse la paz en Europa desde Navarra, al ofrecer una alternativa de reforma a la intolerancia de las instituciones francesas, sobre todo al de la Sorbona, y a la Corte española que por su sistema inquisitorial perseguían a los intelectuales en ambas partes de los Pirineos.
Los títulos originales de sus obras son: Dialogue (1524); Miroir de l´ame pécheresse, (1530; publicado en 1531); Théâtre profane (1530-1540); Comédie joueé au Mont-de-Marsan, La Navire ou consolation du Roy François Ier, Prisons de la Reine de Navarre, la Coche, Chanson Spirituelles, Heptaméron (1540-1549).
Bibliografía
P. Jourda, Marguerite d´Angouléme, 2 vols. (París, 1930). Putnam, s., Marguerite de Navarre, First Modern Woman (Nueva York, 1936). R. Ritter, Les Solitudes de Marguerite de Navarre (París, 1953). V. Telle, L´Oeuvre de Marguerite d´Angoulème et la Querelle des Femmes. A. Lefranc, Marguerite de Navarre et le Platonisme de la Renaissance en Grands Ecrivains de la Renaissance (París, 1914), p. 139-239. Ch. Martineau, Le Platonisme de Marguerite de Navarre? en “Bulletin de la Association d´Etudes sur l´Humanisme, la Réforme et la Renaissance”, France du Centre et du Sud-Est (1976), p. 12-35. Y. Oria, Mysticism in the Work of Marguerite de Navarre, tesis (Londres, 1981). Ibíd., Platonic Symbolism of Marguerite d´Angoulême in the Royal Courts of France and Navarre (1492-1549) “Institución Príncipe de Viana” (Pamplona, 1986), p. 319-329.