MANZANO
Fam. Rosáceas. Es un árbol o un arbusto dependiendo del medio ecológico y del tratamiento que reciba. En general no supera los cinco metros, pero puede llegar excepcionalmente a los 12. La copa es redondeada. La corteza, al principio verde, se agrieta en la vejez. Las hojas son largamente pecioladas, con el limbo oval, al ápice agudo, el borde dentado y la base cuneada. Las flores se agrupan en número de 3 a 6 en cimas umbeliformes. Constan de cinco sépalos, cinco pétalos blancos o rosados y numerosos estambres. El fruto es un pomo de 2,5 a 3 cm, de color verde amarillento en la sazón. La pulpa, que al principio es muy ácida, se torna algo dulce en la madurez. El manzano silvestre aparece disperso por la mitad norte de Navarra formando parte de la orla forestal de los robledales. Se desarrolla sobre suelos frescos y profundos, tanto en los ácidos como en los formados sobre roca madre caliza. Sus frutos sazonados, macerados en aguardiente, constituyen un licor muy apreciado.
Se encuentra en estado silvestre en la Zona de la Montaña donde se le utiliza con el nombre de “patxako”, como patrón para injertar variedades de manzano. Navarra posee una gran riqueza de variedades autóctonas bien adaptadas al medio en que viven y que producen frutos aptos para su consumo en fresco o para la fabricación de sidra. Este material vegetal es seleccionado por el I.T.G. del Cereal para ponerlo a disposición de los agricultores de la Montaña con fines comerciales.
No obstante, la mayoría de la superficie cultivada en nuestra Comunidad, está en la Ribera bajo la forma de plantaciones regulares en regadío.
Entre las variedades más cultivadas destacan: Golden Delicious, Starking, Reineta. La investigación ha puesto a disposición de los fruticultores una gama de patrones para el manzano que, además de otras ventajas, permiten reducir el porte de los árboles con las ventajas que esto representa en cuanto a ahorro de mano de obra en la recolección y poda y facilidad para efectuar los tratamientos fitosanitarios. Actualmente las plantaciones modernas se conducen en formas planas de hasta 3 metros de altura que semejan “paredes” de fruta. Ésta es la especie en que más se ha evolucionado; desde una fruticultura tradicional, artesana, a un tipo de plantación industrial, diseñado para producir cantidades elevadas a costos reducidos.
Como consecuencia de esta intensificación y las exigencias en calidad por parte de los consumidores se hace preciso combatir los parásitos en el campo. Los principales son: entre las enfermedades criptogámicas, el oidio (podosphera leucotricha) que ataca a las hoyas jóvenes; el moteado (Venturia inegualis) parásito de hojas y frutos.
Entre las plagas, el pulgón (Aphis pomi), la araña roja (Panonychus ulmi) que atacan al follaje, mientras que los taladros de la madera (Sesia y Zeuzera) atacan al tronco y ramas. La carpocapsa lo hace exclusivamente a los frutos.
La utilización de productos químicos se extiende también al aclareo de frutos, con un ahorro considerable en mano de obra. Se emplean productos hormonales que actúan cuando el tamaño del fruto es menor de 10 mm de diámetro. Se aprovecha para ello el adelanto que lleva el fruto central del corimbo lo que provoca la caída de los otros 5 ó 6 frutos periféricos dejando solamente el central, que es más grueso.
La superficie cultivada, que pasó de 300 Ha en 1966 a 544 en 1972 y 1.024 en 1982 se redujo paulatinamente hasta las 821 de 1987; no obstante la producción aumentó desde las 15.000 Tm de 1982 a las 21.800 de 1987. Entre los municipios productores cabe señalar a Lodosa, Tudela, Milagro, Peralta y Sangüesa.