MALVIZ
Nombre con el que se designa en Navarra a los zorzales. Son aves paseriformes pertenecientes a la familia muscicápidos.
La malviz común (Turdus philomelos) es del tamaño de un mirlo, con el dorso pardo, el pecho blanco moteado y de color ocráceo debajo de las alas. Es un excelente cantor que habita en los dos tercios septentrionales de Navarra, principalmente en bosques de hoja caduca. Construye el nido con musgo y hierbas; pone de 3 a 5 huevos de color azulado. Se alimenta de pequeños invertebrados y frutos.
La malviz charla o “charra” (Turdus viscivorus) es algo mayor que la anterior, de color pardo por encima y blanca con motas redondeadas en pecho vientre, posee un llamativo color banco bajo las alas. Habita en bosques y bosquetes de casi los dos tercios norteños de Navarra. Se alimenta igualmente de pequeños invertebrados y frutos.
La malviz alirroja (Turdus iliacus), no nidifica en Navarra pero es abundante como ave de paso e invernante. Es algo más pequeña que la común, de la que se distingue por una lista superciliar blanca y el llamativo color ocre-rojizo de los flancos y bajo las alas.
También es migrante e invernante la malviz real (Turdus pilaris) de dorso castaño y cabeza y obispillo grises.
El nombre de malviz engloba a la práctica totalidad de los zorzales que crían o invernan en Navarra. Son las tres primeras especies más frecuentemente capturadas.
En la zona norte se cazan las malvices durante su paso otoñal, desde los mismos puestos de caza de la paloma migratoria o bien desde puestos construidos especialmente para la caza de estas pequeñas aves. En general se considera una pieza secundaria.
En la zona sur, la malviz se suele cazar a partir de noviembre, bien al salto en las viñas y olivares, durante los días hábiles, o bien en puestos situados en las inmediaciones de los sotos ribereños, donde acuden las malvices al atardecer y en los cuales se autoriza, en ocasiones, la caza durante todos los días del periodo hábil.
Existen algunos cotos en las cercanías de Montejurra que cuentan con numerosos puestos muy cotizados, tal es el caso de Arellano y Dicastillo. La abundancia de esta especie en la zona sur guarda relación con la presencia de viñas, olivares y sotos. Estas aves son también objetivo tradicional de la caza furtiva, que cuenta con numerosos métodos. Los más usuales son el empleo de cepos cebados con lombriz u hormigas aladas, la utilización de anzuelos o el empleo de carabinas de aire comprimido; se usan también cintas magnetofónicas con el reclamo de estos pájaros. En Navarra, únicamente 14 cotos consideran las malvices con una pieza de interés cinegético primordial.