MADOZ E IBÁÑEZ, PASCUAL
MADOZ E IBÁÑEZ, Pascual
(Pamplona, 17.5.1805-Génova. 11.12.1870). Político progresista. Su padre se trasladó a Barbastro (Huesca), para encargarse de la Administración de rentas (1810), y en 1813 se encontraba con él el resto de la familia.
Acudió a las aulas del colegio de San Lorenzo de los PP. de las Escuelas Pías, y en 1821 se matriculó en la Universidad de Zaragoza, donde estudió la carrera de Leyes; durante las vacaciones de 1823, Madoz fue hecho prisionero en Monzón por defender la causa constitucional. Acabó la carrera en 1828. Tres años después, tras una ocupación de correspondencia, tuvo que exiliarse en Francia.
En diciembre de 1832 se estableció en Barcelona, donde inició su carrera cultural y política: director del periódico “El Catalán”, presidente de la sociedad de Amigos Colaboradores, redactor de la Colección de Causas Célebres, editó su primer libro Reseña sobre el Clero, también fue alcalde Mayor de Barcelona, gobernador militar del Valle de Arán y diputado en 1836. En todas estas empresas, Madoz se encontró arropado por los liberales que con el tiempo formarían el partido progresista.
Desde este momento y hasta su muerte, salvo pequeños paréntesis, su protagonismo en el Congreso fue muy importante, por ser Madoz una de las figuras señeras de su partido. En 1844, al iniciarse la Década Moderada, Madoz fue detenido, junto con los principales dirigentes del progresismo, aunque en el juicio fue absuelto. Al año siguiente, aletargada su actividad política, comenzó la impresión de los dieciséis volúmenes del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, que concluyó en 1850.
Fiel a los principios de su partido, sin embargo se apartó de sus correligionarios en dos cuestiones importantes: fue siempre decidido defensor del proteccionismo y se manifestó contrario al retraimiento político acordado por los progresistas en los años precedentes de la revolución de 1868.
Con el Bienio Progresista, Madoz coronó la cumbre de su carrera política; en agosto de 1854 fue nombrado gobernador civil de Barcelona, en unos momentos difíciles para aquella ciudad, afectada por serios problemas laborales y por la epidemia del cólera. Su tacto político con los obreros y su actuación para combatir la epidemia, motivaron que el Ayuntamiento de Barcelona le nombrara hijo adoptivo de la ciudad. En octubre abandonó Barcelona, y en diciembre de aquel mismo año fue elegido presidente del Congreso. Un mes después, el 21 de enero de 1855, Espartero le incorporó a su equipo ministerial, encargándole la Cartera de Hacienda.
Su paso por el Ministerio fue breve, pues abandonó el cargo el cinco de junio de aquel mismo año; sin embargo, su decisión de continuar la desamortización (Ley de 1 de mayo de 1855) produjo una serie de consecuencias políticas y económicas importantes.
Con todo, no logró cubrir su objetivo de arreglar los males del erario público, y, por su actitud enérgica, se rompieron las relaciones con la Sede Pontificia.
La década de 1860 conocieron el desmoronamiento de la monarquía isabelina; en este periodo hay que situar el retraimiento del partido progresista indicado antes. Los acontecimientos se precipitaron en 1868, y al grito de “Viva España con honra”, Isabel II fue expulsada de España. En septiembre de 1868 el marqués de la Habana nombró gobernador de Madrid a Pascual Madoz, que pasó a formar parte de la Junta de esta provincia como presidente de la misma, y consiguió integrar en ella a unionistas y demócratas.
Los últimos años de su vida los dedicó a la política y los negocios. En 1860 Madoz había fundado una compañía de seguros, “La Peninsular”, que tras un desarrollo impresionante fue afectada por una crisis profunda, hasta el punto de acabar con Madoz en la ruina. Por otra parte, la necesidad de cubrir el vacante trono de España llevó a Madoz a luchar por su candidato, el general Espartero. Este renunció a la candidatura y, en 1870, el Congreso eligió a Amadeo de Saboya. Pascual Madoz fue elegido como miembro de la comisión del Congreso que debía acudir a Italia para volver con el nuevo rey. Falleció en el viaje y sus restos mortales se trasladaron a Barcelona.
Bibliografía
F.J. Paredes Alonso, Pascual Madoz 1805-1870. Libertad en la monarquía isabelina (Pamplona, 1982).