LLAMAMIENTO A CORTES
LLAMAMIENTO A CORTES
El brazo militar o de los caballeros era uno de los tres estamentos que integraban las antiguas Cortes de Navarra. Llegar a formar parte de él era uno de los más honoríficos privilegios a que podía aspirar un noble navarro. Se podía acceder a esta prerrogativa por concesión personal, en premio a señalados servicios al rey, ya en hechos de armas, que era lo más común, o ya en algún otro campo. (Procurador*).
Las mercedes de llamamiento y asiento en Cortes podían ser vitalicias, o personales, y hereditarias. Con el tiempo, fueron tendiendo a tomar este último carácter. La real cédula o documento que acreditaba la concesión era registrada en los libros llamados de Mercedes Reales, que guardaba la Cámara de Comptos, para perpetua memoria, y a la vista de dichos documentos, el Protonotario del Reino expedía las cartas de convocatoria, firmadas por el virrey, citando nominalmente a los interesados cuando se hallaba próximo el comienzo de la legislatura. Existía para estas cartas un formulario rígidamente establecido.
Aparte de las mercedes personales, había un selecto grupo de palacios de cabo de armería que, de tiempo inmemorial, se hallaban en posesión del derecho de llamamiento a Cortes con anterioridad a la incorporación de Navarra a la corona de Castilla. Eran los solares de la nómina antigua, que en sus acreditaciones de nobleza trataban siempre de dejar patente esta distinción, no siempre fundada, con respecto a las nuevas gracias otorgadas por los reyes de la casa de Austria y de la de Borbón, en los siglos XVI al XVIII.
En las cortes de 1624 se acordó que los caballeros pudiesen ejercer el derecho al voto a partir de los 14 años. En las de 1817-1818 se fijó la edad para asistir a las sesiones de ceremonia en 18 años, y en 22 años para participar en las votaciones.
La presidencia del brazo militar correspondía al condestable del Reino, y la vicepresidencia, con facultad de sustitución, al mariscal. En ausencia de ambos títulos, ostentaba la presidencia tradicionalmente el primer caballero que acudía a ocupar su escaño. Ordinariamente, de todos los nobles que ostentaban el derecho de llamamiento, apenas eran convocados y acudían unos 50. Muchas casas habían cambiado de dueño o recaído en hembra, como entonces se decía, o habían trasladado los señores su residencia fuera del Reino. También había otros que, viviendo en Navarra, no se cuidaban, en un momento determinado, de revalidar sus títulos y acreditaciones. Hay que advertir que cuando un palacio o casa con gracia de asiento cambiaba de titular, el nuevo poseedor varón, debía probar su nobleza por los cuatro abolorios, conforme a las leyes del Reino, para poder continuar disfrutando y usando la prerrogativa.
La relación de títulos nobiliarios y dueños de palacios o casas nobles que poseían el derecho de llamamiento y asiento, al tiempo de las últimas Cortes de Navarra, que se celebraron en los años 1828-1829, era la siguiente:
Títulos
El duque de Alba, conde de Lerín que, como condestable del reino, presidía el estamento militar.
El duque de Granada, marqués de Cortes y conde de Javier, que, como Marichal o Mariscal del remo, presidía a falta del condestable.
El marqués de Góngora, dueño del lugar de Góngora, de la casa de Ezpeleta de Falces, del lugar de Larraya, y de los palacios de Eraso e Ijurieta.
El conde de Guenduláin, señor de Guenduláin de los lugares despoblados de Sarria y Larráin y de los palacios de Sotés y Aós.
El marqués de Bessolla, conde de Ayanz.
El conde de Ezpeleta.
El conde de Lodosa y de Altamira.
El marqués de la Alameda.
El conde de la Vega del Pozo.
El marqués de Fuertegollano.
El marqués de Castelfuerte.
El marqués de Montesa.
El conde del Asalto.
El marqués de Ugena.
El conde de Tilli.
El marqués de Guirior.
El conde de Escalante, marqués de Valdecarzana.
El marqués de Falces.
El marqués de San Adrián.
El vizconde de Arberoa.
El marqués de Cadreita.
El vizconde de la Armería.
El marqués de Cabrega, duque de Villahermosa.
El marqués de Montehermoso.
El conde de Ripalda.
El conde de Ablitas y del Montijo.
El marqués de Campo Nuevo.
El conde del Vado.
El conde de Echauz.
El conde de Villarrea.
El marqués de Huarte.
El marqués de Ayerbe.
El marqués de Fuentehermosa.
El marqués de Fontellas.
El conde de Lizarraga.
El marqués del Cairo.
El marqués de Monterreal.
El marqués de Santacara.
El marqués de Narros.
El marqués de Galiano.
El conde de la Cimera.
El marqués de Funes.
El marqués de Claramonte.
El conde de Goyeneche.
El conde de San Cristóbal.
El marqués de Pigni.
El marqués de Murillo.
El marqués de Andía.
El conde de Torremuzquiz.
El conde de Pozoblanco.
El marqués de Campo Santo.
El conde de Valparaíso.
El marqués de Feria.
El conde González de Castejón.
El barón de Bigüezal.
Siguen las demás casas de asiento en Cortes, por sus apellidos y orden alfabético
Acedo: por el palacio de Mirafuentes.
Aguirre: por el palacio de Aguirre en Donamaría.
Álvarez de Eulate: véase Eulate.
Amátriain: en Aoiz.
Antillón: por el señorío de Novar, y por el palacio de Itúrbide en Garciain.
Aperregui: en Tudela.
Arévalo: en Villafranca.
Argaiz: por los palacios de Iza y Sagüés y casa de Peralta.
Arizala: véase Martínez.
Ayanz de Ureta: por el palacio y lugar de su apellido y por la casa de Ongai en Sangüesa.
Azcona: por la casa de Senar en Salinas de Oro.
Badarán de Osinalde: por la casa de Zala.
Balanza: por el señorío de los lugares de Elcarte y Ecay.
Barragán.
Bayona: por el señorío de Olleta y varios palacios.
Bayona: por el palacio de Arbizu.
Belázquez de Medrano: por el palacio de Artázcoz.
Borda: por el palacio de Borda en Maya.
Castejón: por el palacio de Olcoz.
Cereceda: en Viana.
Cereceda: por el palacio de Marañón.
Crespo: por el palacio de Iriberri.
Cruzat: en Pamplona.
Dábalos: por el palacio de Zabaleta en Lesaca.
Daoiz: en Pamplona.
Donamaría: por los palacios de Iriarte y Ezperun.
Echálaz: por el palacio y lugar de Echálaz.
Echarri: en Estella.
Echeberría: por los palacios de Burdaspal, Racax, Liédena y Ustés.
Eguía: en Estella.
Elío: por el palacio de Orcoyen.
Elío: por el mayorazgo de Echaide y Ealegui.
Eraso: por el señorío de Eraso.
Erviti: en Pamplona. Escudero: en Corella.
Eulate (Álvarez de): por el palacio de su nombre en Améscoa.
Ezpeleta: por el señorío del lugar de Ezperun.
Ezquerra: por el palacio y lugar de Laboa.
Galdiano: en Dicastillo.
García de Salcedo: en Milagro.
Gaztelu; por el palacio de su apellido y por el de Apezteguía en Errazu. González de Uzqueta: en Villafranca.
Goñi: en Viana.
Guiarreta: por el palacio de Eguiarreta.
Hualde: por el palacio de Irurita.
Ibáñez de Ibero: en Miranda.
Iribas: por los palacios de Ansoain y Elcano.
Jiménez de Cascante.
Ladrón de Cegama: por el palacio de Ezcurra.
Lapeña: en Valtierra.
Lázaro de Isaustia: en Miranda.
Martínez de Arizala: por su casa de Mendigorría.
Maruri: por el palacio de Oco.
Medrano: por el palacio de Metauten.
Morales: por el palacio de Rada en Murillo el Fruto.
Murgutio: en Tudela.
Mutiloa: por el palacio de Andueza.
Navarro: en Sangüesa.
Ochoa de Olza: por el palacio de Irulegui.
Ozcáriz: por los palacios de Ozcáriz, Arce y Agorreta.
Pérez de Rada: por los palacios de Vidaurreta, Villanueva y Arinzano y por la casa de Juániz, de Echálaz en Muruzábal.
Pérez de Tafalla: en Pamplona.
Rada: por el palacio de Subiza.
Ramírez de Arellano: por el palacio de Arellano.
Ramírez de Asiain.
Recalde: en Puente la Reina.
Ripa de Jaureguizar: por el palacio de su apellido.
Rodríguez de Arellano: por el palacio de Amátriain en el valle de Orba.
Romeo: en Mendigorría.
Salaberri: por los palacios de Olóriz, Sansomain y Benegorri.
Sarasa: por el palacio de Sarasa.
Torres: en Allo.
Ureta: véase Ayanz.
Ustáriz: por el palacio de Reparacea en Oyeregui.
Uzqueta: véase González.
Veraiz: por su casa de Tudela.
Vidarte: por los palacios de Solchaga y Mendívil.
Vidarte y Mendinueta.
Virto de Vera: en Corella.
Vizcaíno: en Miranda.
Fuente
J. Yanguas, Diccionario de Antigüedades, s.v. Cortes.