LOR
Despoblado y antiguo lugar del término actual de Cascante, Merindad de Tudela, próximo a la laguna de su nombre. Tras la reconquista de Tudela (1119) el rey lo incluyó en el área de vigencia del fuero de esta ciudad. El propio monarca dio a San Miguel de Excelsis la heredad de un moro del lugar. Este perteneció luego en parte a García Pérez de Monteagudo, cuya viuda lo enajenó (1228) a Sancho VII el Fuerte; el castillo y la parte dependiente del monasterio de Veruela por donación de Urraca Gil de Barillas, fueron adquiridos luego (1237) por Teobaldo I. Sus rentas se asignaron sucesivamente a diversos servidores de la Corona y Juan II las entregó de forma definitiva a Martín Enríquez de Lacarra (1434), a cuya descendencia quedaron vinculados el lugar y su iglesia tras algunas alternativas ocurridas durante las contiendas civiles de la segunda mitad del siglo XV. La laguna, explotada desde antiguo por la Corona, como consta por ejemplo en el registro de 1280, fue adjudicada a medias por Carlos III (1388) a la ciudad de Tudela y a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, pero más adelante se incluyó con el despoblado en la citada donación perpetua a favor del linaje de Lacarra. En 1463, Ojer Pasquier, señor de Barillas, vendió el castillo a Fernando de Baquedano.
Aparece citado con 20 fuegos en 1845, y sólo figura, pero sin decir si vivía alguien, en 1852 y 1858; el resto de los Nomenclátores de Población modernos no lo mencionan. Los campos de Lor se administran con independencia de Cascante, a cuya jurisdicción municipal pertenecen.