LIEBRE
LIEBRE
Mamífero perteneciente a los logomorfos, se caracteriza por sus orejas y patas largas en proporción a las del conejo. Muestra asimismo una biología muy diferente a la de esta especie. No construye madrigueras sino que realiza todo su ciclo en la superficie del suelo. De hábitos nocturnos, suele escarbar una pequeña depresión en el terreno en donde se agazapa y saca adelante sus crías que, en número de dos a cinco, son alumbradas entre enero y julio. La alimentación es fundamentalmente vegetariana, compuesta por hojas y tallos de herbáceas.
En Navarra está presente en toda su geografía, si bien se distinguen dos formas bien diferenciadas que algunos autores consideran especies distintas, ambas en regresión.
La Navarra montañosa está ocupada por una liebre de gran tamaño que habita en prados, pastos de montaña, e incluso en el interior de los bosques, ésta es la forma europea. Mientras que la Navarra mediterránea está ocupada por una forma más pequeña, extendida por toda el área meridional de la Península Ibérica. Habita con preferencia llanuras de viñas y cereal, viéndose favorecida por la presencia de pequeñas zonas incultas esparcidas entre los campos. Antiguamente la liebre se cazaba con galgos en una gran parte de la Ribera. Actualmente, y por una serie de factores entre los que se encuentran la recesión de esta especie, y la preponderancia de las armas de fuego, quedan unos pocos aficionados a esta forma de caza en algunos pueblos de la Ribera estellesa.
La caza de la liebre se practica generalmente al salto, con ayuda de perros, al igual que otras piezas, pero existen auténticos expertos que rastrean los lugares adecuados hasta localizar los encames de los roedores; tal como expresaba un viejo cazador: “La liebre se caza durante la semana y se mata el domingo”, aludiendo a la importancia del rastreo y detección de los animales.