JAVIERADA
JAVIERADA
Peregrinación penitencial realizada a pie al castillo de Javier durante el mes de marzo, coincidiendo con la “Novena de la Gracia”. Su origen se remonta al siglo XIX; en 1885 una epidemia de cólera se extendió por Pamplona, en esas circunstancias la Diputación Foral realizó una promesa a San Francisco Javier: el pueblo entero de Navarra iría en peregrinación a su castillo con el deseo de quedar libres de la enfermedad. El 4 de marzo de 1886 acudieron veinte mil navarros a honrar la memoria del Santo. Con la desaparición del cólera, nació la tradición de las marchas a Javier, más esporádicas que las actuales. Pero fueron iniciadas oficialmente al poco de acabar la guerra civil (1936-39) por la “Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz”; posteriormente se sumó la juventud de Acción Católica. La afluencia de peregrinos aumentó progresivamente y nacieron dos “Javieradas” anuales, una de hombres y otra de mujeres que ya desde 1942 marchaban andando desde Pamplona.
En 1960 la Juventud Femenina de Acción Católica organizó oficialmente la Javierada femenina. Ese año se calculó que se juntaron en el Castillo 5.000 mujeres, número que subiría a 12.000 al año siguiente, en 1962, la concentración sumó un total de 10.000 mujeres. Un año más tarde se volvió a la cifra de 12.000. Al igual que estaba ocurriendo con las Javieradas masculinas, la femenina fue a más, y en 1964 (año en que se detectó la presencia de algunas mujeres en la Javierada de los hombres) los cálculos apuntaron una presencia de 18.000 mujeres.
Los caminantes reciben asistencia sanitaria y médica en determinados puntos del recorrido, sobre todo en Sangüesa, donde se concentran los llegados de toda Navarra, para salir al amanecer el domingo y recorrer los ocho kilómetros hasta el castillo, haciendo el Vía-Crucis. La jornada termina con misa y comunión.
El domingo 4 de marzo de 1990, se celebró el cincuentenario de la Javierada, aunque para los miembros de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz era la número 51. En ella participaron miles de personas, ante un altar presidido por el brazo derecho incorrupto de San Francisco Javier. La Eucaristía fue oficiada por el arzobispo J.M. Cirarda, el Nuncio Apostólico en España Monseñor Mario Tagliaferri, el obispo Capmani y 37 sacerotes.
Como despedida, el Nuncio Apostólico impartió la bendición con el brazo de San Francisco; era la quinta vez que la reliquia llegaba a Navarra (expuesta habitualmente en la iglesia del Gesú, mientras que el resto del cuerpo se encuentra en Goa). La última ocasión en la que la reliquia había viajado a Navarra fue en 1965 con motivo de la celebración de las Bodas de Plata de la Javierada.