ITURRALDE Y SUIT, JUAN
ITURRALDE Y SUIT, Juan
(Pamplona, 26.10.1840; Barcelona, 17.8.1909). Estudió el bachillerato e inició la carrera de ingeniero, que abandonó por motivos de salud. Por iniciativa de su padre, director de Banco, estudió la de Comercio en Burdeos y en París aprendió dibujo y pintura. Los años de residencia en la capital francesa influyeron en sus sentimientos y en la visión romántica de la historia y el arte, palpable en sus obras, singularmente en Las grandes ruinas monásticas de Navarra.
De regreso a Pamplona, la desaparición del reino de Navarra, la pérdida de sus instituciones privativas y, sobre todo, el alarmante retroceso de la lengua vasca, afectaron profundamente su sensibilidad y marcaron su vida y la de sus compañeros de la “Generación de 1877”. Nació así una corriente de pensamiento que, reivindicando la independencia del viejo reino, sus fueros y libertades, llevó a la exaltación de la raza euskara, de sus gestas épicas y de su lengua. Durante unas décadas serán temas preferentes de investigaciones, estudios y comentarios, la conquista de Navarra por Fernando el Católico, la incorporación a la corona de Castilla y la defensa del castillo de Amayur.
Iturralde y sus amigos fundaron el casino “La Constancia”. Fue concejal del Ayuntamiento pamplonés (1868-1872). Por aquellos años jóvenes hizo gala de un fino sentido del humor, constatable en artículos como Un congreso de protestantes en Pamplona. El problema de la lengua vasca le preocupó profundamente; según él en su conservación “hay para nosotros algo más que un interés científico, puesto que a ella va unida la existencia moral del Pueblo vascongado”. Para defenderla y restaurarla pensó crear una sociedad. Para ello reunió a Pablo Ilarregui, Nicasio Landa “y algún otro vascófilo entusiasta”, pero la revolución de 1868 y la guerra civil retrasaron el proyecto. Recién terminada la última guerra carlista, creó la “Asociación Euskara de Navarra” (1878), de la que fue secretario, presidente de la sección de “Etnografía, Historia, Arte y Legislación”, y director de la “Revista Euskara” (1878-1883).
Fue miembro correspondiente de las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes de San Fernando; Secretario y Vicepresidente de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos, a la que pertenecía en 1886, y vicesecretario de la Cruz Roja en Navarra (1872). Colaboró en numerosas publicaciones periódicas como “El Eco de Navarra”, “La Joven Navarra” (fundada en 1860), “Revista Éuskara”, el diario “Lau-Buru” (1882), “Euskal-Erria” (1882-1888), el semanario “El Ateneo” (1883), “La Ilustración Navarra” (1886), “Revista del Antiguo Reino de Navarra” (1888), “El Arga” y el “Boletín de la Comisión de Monumentos” de Navarra.
Motivos familiares y de salud le mantuvieron “alejado de nuestra tierra, de nuestras montañas y de nuestra habla milenaria”, dedicado al estudio de la historia. Pese a estar enfermo desde enero de 1908 emprendió viaje desde San Juan de Luz al castillo de Amayur, al que no pudo llegar, con intención de visitar las ruinas “y ver qué es lo que podría hacerse allí para recordar a las generaciones presentes y futuras el espíritu indomable de Navarra y nuestro deber de conservarlo”.
Arturo Campión clasificó en trece grupos temáticos la ingente producción literaria de Iturralde y Suit, parcialmente recogida en los cinco tomos de sus Obras: Artículos satíricos, políticos y patrióticos; biográficos y bibliográficos; cuentos, leyendas y tradiciones (Tomos 1º y 3º de las Obras); Arqueología, Historia (más de cuarenta publicaciones entre las que descuella Las grandes ruinas monásticas que dejó sin terminar). (Tomo 4º de sus Obras. Pamplona, 1916); Literatura íntima. Pintura y dibujos.
Como arqueólogo fue pionero en las investigaciones sobre nuestra prehistoria; descubrió y excavó algunos monumentos megalíticos en la sierra de Aralar. Remitió a la Real Academia de San Fernando un estudio de trece dólmenes, un menhir y algunas cuevas, que mereció alabanzas de aquella y de Pedro Madrazo. Fue publicado en los boletines de la Academia y de la Comisión de Monumentos de Navarra (1911).
Los estudios de pintura realizados en París le proporcionaron una preparación técnica para ilustrar artículos artísticos y arqueológicos. Según Campión, dejó al morir ciento cincuenta cuadros al óleo, 900 acuarelas, “una admirable colección de dibujos a pluma imitando aguafuertes antiguas y un sin fin de apuntes gráficos de sus composiciones literarias”.
Reprodujo a plumilla más de 500 sellos céreos medievales con los que pensaba publicar un libro.
Una calle pamplonesa lleva su nombre.
Bibliografía
Campión, Arturo Prólogo a las Obras de J. Iturralde y Suit, Vol. I, p. I-CCIV. Pérez Goyena, Antonio Ensayo de bibliografía navarra, VIII, p. 255.