ITERO, MIGUEL
ITERO, Miguel
(Pamplona, ca. 1519 – Pamplona, 1584). Colaborador del obispo de Pamplona Diego Ramírez Sedeño de Fuenleal, a lo largo de todo su pontificado.
Fue primero estudiante y después profesor en las universidades de Toulouse y Cahors. En 1533 accedió a la cátedra de Leyes de la Universidad de Huesca, en la que debió contar con alto prestigio, ya que le pagaban 150 escudos al año, cuando lo normal era pagar 40. En 1561 opositó en Salamanca a una cátedra que no le dieron, si bien después le ofrecieron ventajosas condiciones para quedarse en la Universidad, oferta que no aceptó, pues prefirió quedarse en Pamplona, donde su obispo lo tomó a su servicio en calidad de Letrado y consultor de Cámara, cargo en el que permaneció durante once años.
En mayo de 1562 marchó con el obispo camino de Trento para participar en el Concilio. Allí estuvieron hasta marzo de 1564. Debió de hacerse notar en las aulas conciliares, pues consta que los Legados del Papa le ofrecieron un puesto en Roma, puesto que él rechazó por fidelidad al obispo Ramírez. Con él mismo participó en el Concilio Provincial de Zaragoza en 1565, siendo el propio Itero el encargado de traducir al latín todo lo tratado, así como las cartas enviadas por el Concilio al Papa Pío IV.
En nombre del obispo, y para el obispado de Pamplona, tomó posesión en 1567 del arciprestazgo del Baztán, desmembrado de la diócesis de Bayona por Pío V. En 1569 llevó personalmente la investigación sobre un convento que los franciscanos habían habitado en San Sebastián y les mandó desalojar el edificio para construir otro nuevo, que nunca llegó a término.
A la muerte del obispo Ramírez, continuó siendo el hombre de confianza de sus sucesores, Antonio Manrique, en cuyo pontificado redactó las Constituciones Sinodales de 1577, y Pedro de Lafuente. Disfrutó Itero de buenas rentas en su vida, aunque no tuvo suerte con las gratificaciones que recibiera por los servicios prestados. Recibió del obispo Ramírez el priorato de San Babil de Sangüesa en 1568, del cual le desposeyeron en 1577 por ser de patronato real; en 1572 tomó posesión de la abadía del desolado de Basolaz, junto a Lumbier, y también tuvo de dejarla en 1574, en competencia con el prior de Velate.
Fue fiel apoyo de los obispos de su época, y uno de los que con más empeño puso en práctica en Navarra la reforma dictada por el concilio de Trento.
Bibliografía
José Goñi Gaztambide, Los Navarros en el Concilio de Trento y la reforma tridentina en la diócesis de Pamplona. (Pamplona 1947). Mariano Arigita Lasa, D. Francisco de Navarra (Pamplona, 1899).