ÍÑIGO LÓPEZ DE LUMBIER
ÍÑIGO LÓPEZ DE LUMBIER
Canónigo de la catedral de Pamplona (1280), arcediano de la Valdonsella (1294), oficial eclesiástico y prior del cabildo (1301), gobernó la diócesis como vicario general sede vacante más de tres años (noviembre, 1304-febrero, 1308) tras el fallecimiento del obispo Miguel Pérez de Legaria. Al tiempo que calmaba las inquietudes de las fuerzas vivas del reino, soliviantadas por los ricoshombres Fortún Almoravid y Martín Jiménez de Aibar a la muerte de la reina Juana I (1305), gestionó a través del papa Clemente V el más pronto desplazamiento a Navarra del nuevo soberano Luis I el Hutín. Negoció luego con éste (diciembre, 1307) una nueva concordia entre la mitra y la corona que no llegó a ejecutarse. Durante su mandato se sentaron las bases del colegio navarro de París (1305) y se extendió a Navarra la orden de supresión de los Templarios. Traspasó sus altas funciones vicariales a Martín de Yeta. Más adelante fue absuelto (1311) en el proceso abierto por las presuntas irregularidades de su gestión.