INDURÁIN
Categoría histórica: Lugar.
Categoría administrativa: Concejo del Valle de Izagaondoa.
Partido Judicial: Aoiz.
Merindad: Sangüesa.
Comarca geográfica: Cuenca de Lumbier-Aoiz.
Población (1986): 17 habitantes de hecho 1 de derecho.
Altitud: 520 m.
Distancia a Pamplona: 36 km.
Comunicaciones: Carretera local que enlaza con la comarcal NA-150, Pamplona-Aoiz-Lumbier con la general N-240, Pamplona-Huesca.
Geografía
Limita al N con Turrillas, al S con Aizpe, al E con Ascoz y Apardués, y al O con Izánoz y Guerguitiáin.
Realizada la concentración parcelaria, junto con Guerguitiáin (1973): 676 Ha, 20 propietarios, 865 parcelas antes y 79 después. Comunes, 232 Ha (167 de pastos, 51 de monte maderable, 14 de secano).
En el lugar se encontró una moneda bajo imperial de GORDIANUS III (238-244 d.C.).
Antigua villa de señorío. El nombre sugiere hipotéticamente una implantación fundiaria de cuño romano, en relación quizá con el antropónimo Endura, documentado todavía en el siglo XI. Existía en el lugar un “monasteriolo” de Santa Maria cuyos propietarios lo dieron a la abadía de Leire (1604) junto con sus “decanías” de Ezquice, Santa Cruz y Echazar. A comienzos del siglo XV el monasterio legerenese percibía una pecha anual de 40 sueldos, pero compartía ya el señorío con los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, que tenían en el lugar una encomienda y una renta de 13 cahíces de trigo; la mitad de los vecinos eran entonces (1427) de condición social hidalga.
Hasta la reforma municipal de 1845 gobernaban el lugar el diputado del valle de Izagaondoa y el regidor del pueblo, elegido entre sus vecinos. En 1847 la escuela estaba dotada con 600 reales; los caminos eran sólo locales y en mal estado, y el correo llegaba desde Lumbier tres veces por semana.
Arte
Destaca en la localidad la parroquia de la Purificación, edificio tardo-románico de carácter rural con nave única, ábside semicircular y bóveda de medio cañón apuntado sobre arcos fajones que apean en ménsulas. La portada se dispone mediante arquivoltas ausentes de toda decoración.
En su interior conserva un retablo del siglo XVI atribuido por Biurrun a Jorge de Flandes y dedicado a la vida de la Virgen. Consta de dos cuerpos formados por balaustres y cinco calles, culminándose con la caja del calvario y sobre ella el Padre Eterno. La escultura, formada a base de pequeños grupos, representa escenas de la Infancia de Cristo en los dos primeros cuerpos y de santos -San Miguel y San Jorge entre otros- en el tercero. Una bella Virgen con el Niño sedente ocupa la calle central. El retablo se halla muy repintado. Los dos retablos laterales datan de comienzos del siglo XVIII y son obra de Juan de San Miguel. Entre al ajuar sobresale un incensario renacentista.
Bibliografía
T. Biurrun, Inventario de la riqueza artística de la diócesis de Pamplona, en “B.O.E. de Pamplona”, 1.931, págs 38-39.