HOYA GRANDE, LA
HOYA GRANDE, La
Yacimiento prehistórico emplazado en Olite, donde se localiza hasta el momento, el asentamiento más antiguo de la zona. La presencia de las series líticas permiten una atribución superopaleolítica para el conjunto, que concretando más debe considerarse dentro de una facies magdaleniense superior por las razones ya expuestas. Este yacimiento, ubicado en el escarpe fresco de una terraza antigua del torrente cuaternario de Vallacuera, viene a enriquecer el conocimiento que de las últimas fases paleolíticas se tenía en Navarra. Sus paralelos más próximos se encuentran en los materiales de la cueva de Alaiz y con mayor seguridad en el nivel E inferior de Berroberría en Urdax, atribuidos en ambos casos al Magdaleniense Superior. Tipológicamente pueden encontrarse también interesantes paralelos en un marco geográfico más amplio como el de la Cornisa Cantábrica.
Dos rasgos convierten en singular al yacimiento de “La Hoya Grande”. Uno su carácter de estación al aire libre, otro su latitud. Por razones climáticas se pensó que los yacimientos magdalenienses se ubicaban al amparo de covachos o cuevas bien orientadas frente a los rigores del tardiglaciar. Asimismo, las bajas temperaturas disuadirían a los cazadores magdalenienses de descender hacia el Sur, implantando sus campamentos en zonas atemperadas de la cornisa cantábrica.
Excepciones cada vez más frecuentes han dado al traste con dicha teoría. Incluso en el reducido marco geográfico de Navarra podemos encontrarlas. Son el caso del yacimiento de Abauntz, en la Ulzama, que en el magdaleniense inferior supone un tímido intento de penetración hacia el Sur. Otros jalones, Alaiz y Echauri, confirman la penetración en el Valle del Ebro. En Echauri, además, reconoció Maluquer de Motes un magdaleniense “al aire libre”. “La Hoya Grande” de Olite, por tanto, viene a confirmar la instalación de campamentos magdalenienses al aire libre en el Valle del Ebro, eligiendo para ello una zona propicia por sus recursos hídricos y su orientación al amparo de los rigores climáticos.