GUERGA, CASTILLO DE
GUERGA, castillo de
Fortaleza medieval de la que únicamente subsisten vestigios de su planta, estuvo situado cerca de Unzué, sobre una elevación desde la cual dominaba el antiguo camino y paso del Carrascal.
En 1300 era alcaide Raolín de Chamblón, que percibía una retenencia de 12 libras en dinero y 60 cahíces de trigo. Seis años antes se había terminado la cisterna del castillo, que costó 20 libras. En 1319 tenía la guarda Renalt le Chat, que hizo adobar y recubrir la torre mayor, y rehacer las garitas, que habían caído. Más tarde, en 1328, aparece ya a cargo del castillo Johan de Savainy, que en 1335 fue muerto violentamente en un motín de los prisioneros allí encerrados. El cabecilla, Miguel de Elgorriaga, acabó arrastrado por las calles y ahorcado. Este fue, posiblemente, un caso único en nuestra historia.
Bajo el reinado de Carlos II, en 1361, fue nombrado alcaide Lope Pérez de Artieda. Cinco años después se le mandó que obligase a los vecinos de Unzué, Echagüe, Olóriz y Muru-Olcoz a trabajar en la reparación del castillo, a fin de que pudieran refugiarse en él en caso de apuro. Ochoa Pérez de Artieda percibía de asignación en 1370, 4 libras y 20 cahíces. Le sucedió en 1377 Martín Pérez de Solchaga, alcalde de la Corte, y a éste a su vez, en 1379, Jimeno de Uroz, que fue confirmado en el puesto por Carlos III y por doña Blanca, permaneciendo en él hasta 1430; salvo que se trate dos personas del mismo nombre. Juan II nombró en su lugar a Martín Pérez de Uroz, el citado año de 1430. Otro Jimeno de Uroz aparece como alcaide en 1451. Arnaut de Ozta, señor de la torre de Olcoz, en 1465.
Desde 1490 aproximadamente, la fortaleza estuvo a cargo de Juan de Ozta. Por estos años ya no era conocida por el antiguo nombre de Guerga, sino por el de Unzué. Tras la conquista de Navarra, se decretó su total arrasamiento, al igual que el de otros castillos y torres fuertes del Reino. En 1514 se abonaron 185 ducados a Ozta, por el tiempo que tuvo este castillo y el de Monreal, y víveres que tuvo que suplir para la guarnición que en ellos había.
En el siglo XIV el alcaide de este castillo llevaba anejo el guarderío de la sierra de Alaiz, y de las penas y caloñas que en ella se imponían por abusos forestales.