GARCÍA LEOZ, JESÚS

GARCÍA LEOZ, Jesús

(Olite, 10.1.1904 – Madrid, 23.2.1953). Músico. Su vinculación al mundo de la música empezó ya en la infancia con su participación en el coro parroquial. Comenzó sus estudios de piano y armonía en Pamplona cantó en el Orfeón Pamplonés. En Madrid continuó su preparación en piano y composición, entre otros con Joaquín Turina, maestro que siempre ejerció una alta influencia en él. A los 16 años emigró a Argentina. Se dedicó plenamente a la música; enseñar, tocar, instrumentar, componer, etc. Su obligado regreso a Madrid para cumplir el servicio militar le introdujo en el movimiento musical e intelectual de la época; Turina le nombró “discípulo predilecto” y “sobrino espiritual”; se relacionó con artistas destacados como Gerardo Diego, R. Alberti y A. Machado.

Su campo de trabajo fue extraordinariamente amplio; maestro de coros, maestro concertador, pianista de cine mudo, director, etc. Sin embargo, es en su faceta de compositor en la que más destacó en su momento. El cine fue causa de grandes éxitos, le dio popularidad y constituyó su principal fuente de ingresos. Entre las películas a las que puso música se pueden señalar: Bienvenido Mr Marshal, El abanderado y Las inquietudes de Santi Andía. Cultivó el teatro lírico con obras como Primavera en el Portal o La Duquesa del candil, que le valió un premio nacional, y contribuyó al relanzamiento que experimentó el Teatro Lírico en Madrid en los años 194550. Escribió, además, música para baile: La zapatera y el embozado, Aquelarre y Ballet, entre otras. Pero la parte más importante de su producción fue la música para concierto; las canciones sobre textos de poetas de la época, entre las que cabe señalar Tríptico, Cinco Canciones, etc. También compuso música de cámara y orquesta. En este último aspecto son de reconocida fama Sonatina y Sinfonía en bemol Mayor, interpretadas en repetidas ocasiones por la Orquesta Nacional.

Murió en plena madurez de su existencia creadora, cuando apenas empezaba a recoger el fruto de su labor, y ha sufrido un riguroso olvido.