GANSO, DANZA-JUEGO DEL
GANSO, danza-juego del
Esta modalidad un tanto salvaje y llena de primitivismo se practicó en diversos pueblos, especialmente en Lesaca, Leiza, Betelu, Vera de Bidasoa y en los valles de Araiz y Larráun. Solía tener lugar el último día de las fiestas patronales. Se levantaba en la plaza un gran arco adornado con follaje y en él se colgaba sujeto por una cuerda un ansarón o ganso. Los participantes en el juego eran mozos que en caballos enjaezados y a todo galope se dirigían hacia el arco intentando al pasar agarrar al animal por el cuello. El que lograba arrancarlo lo recibía como premio y servía para celebrar una merienda en la posada de la localidad.
Un txistulari, a veces colocado de pie sobre el mismo arco, interpretaba melodías especiales según las distintas fases del juego, antes de coger el ganso con ritmo reposado y solemne de dos por cuatro y una vez conseguido el trofeo con un ritmo vivo de seis por ocho. Cuando finalizaba este juego con los animales, se repetía de igual forma pero esta vez con una especie de rosquillas (piperropillak). Las ataban a una cinta que llevaba una anilla en un extremo y se colgaban del arco. El juego consistía en introducir en esta pequeña anilla un gancho de madera. El jinete que lo conseguía quedaba dueño de la rosquilla y daba una vuelta por la plaza exhibiendo su trofeo.
En el barrio de Alcaiaga de Leiza se celebraba el 25 de julio, fiesta de Santiago. En Vera de Bidasoa el 4 de agosto en las fiestas patronales de San Esteban. Se colgaban seis gansos en la plaza de la localidad y otros seis en la de su barrio de Alzate. En Leiza el capitán de los jinetes iba vestido con levita negra, pantalón, camisa y alpargatas blancas, fajín rojo y cinta ancha terciada al pecho y en la cabeza un bicornio negro. Con un espadín pinchaban ceremoniosamente el cuello del animal antes de comenzar el juego para ver si estaba vivo. El resto de los jinetes vestía igual que su capitán, pero con chaqueta negra y sin fajín y tocándose la cabeza con boinas encarnadas.