DICASTILLO, MIGUEL DE
DICASTILLO, Miguel de
(Tafalla, 1599 – El Paular, 1649). Cartujo y poeta. Ingresó en Aula Dei, cartuja en la que profesó (1626) y de la que fue vicario y procurador, así como de las de Las Fuentes y la Concepción; de esta última fue rector (1645) y prior (1646-9). Escribió Aula de Dios, cartuja real de Zaragoza (Zaragoza, 1637), poema didáctico semidescriptivo, publicado bajo el seudónimo de Miguel de Mencos, amigo del autor. La obra, escrita en silvas, tiene por objeto, como resume Ticknor, “inculcar la vanidad de las cosas humanas y la felicidad y méritos de una vida penitente y austera. La parte relativa al autor mismo es a veces muy tierna y conmueve realmente; pero hay en la obra mucha desigualdad; lo mejor es la descripción del inmenso y sombrío monasterio, morada del poeta, y de los ejercicios devotos y prácticas religiosas de la orden a que pertenecía.”
La obra, que se presenta como una correspondencia versificada entre Teodoro y Silvio, éste, peregrino errabundo por los bosques, como su nombre inca, ofrece buenas muestras de conceptismo poético del momento:
“En el clavel hermoso,
príncipe de las flores orgulloso,
regia púrpura advierto,
que aumenta el lustre del florido
huerto.
Sus matizadas hojas,
que más deslumbran cuanto son más
rojas,
le ciñen con diadema,
del sacrificio y del dolor emblema,
y el pecho oprime, si la vista encanta,
como cáliz que al cielo se levanta.”
Según dice el propio autor, antes de ingresar en la Cartuja, “solía en mundanal poesía, cantar finezas a la escoria humana”, pero de esa producción no ha llegado nada a nosotros.
“Aula de Dios” es considerado hoy como el poema de autor navarro de más prolongado y sostenido aliento poético. (Fernando González Ollé).
Aula de Dios tuvo una edición pirata antes de la primera oficial (1637) y ha conocido otras cuatro: Zaragoza (1679), Londres (1842), Pamplona (1897) y Zaragoza (1978). La de Pamplona fue doble, de 250 ejemplares en 8º y de 1.000 en 4°, preparada por Hermilio de Olóriz. Este refundió el poema, pero no aclara en qué consistió su trabajo: el texto va desnudo de notas y de aparato crítico, sin introducción ni explicaciones biográficas o textuales. A pesar de la calidad poética de la obra, sólo se vendieron en un año en Navarra 20 ejemplares. La última edición de Zaragoza (1978), facsímil, lleva estudio previo de Aurora Egido.
Bibliografía
J. Ticknor, “Historia de la literatura española”, Madrid, 1856, III p 256-533. Pérez Goyena, EBN, IX 191193. A. Egido, estudio previo a su edición, p. 11-69.