BERONES
BERONES
Pueblo prerromano que ocupaba en la antigüedad gran parte de la Rioja actual. Limitaban al norte con la sierra de Cantabria que les separaba de territorio várdulo, al este con los vascones, al sur la cordillera ibérica (Demanda, Urbión y Cebollera) les separaba de los pelendones y, al oeste, el río Tirón servía de límite con los autrigones. Para Estrabón (III, 4, 5) eran de origen celta, sin que se sepa con precisión qué gentes ocupaban esta zona antes de su llegada. Hasta el momento, son escasos los hallazgos correspondientes al Paleolítico y Neolítico, mientras que los estudios correspondientes al Eneolítico y a la Edad del Bronce denotan la existencia de numerosos yacimientos que indican un incremento de población que fue asentándose en estas tierras fértiles junto al Ebro y sus afluentes, y entre éste y el sistema ibérico. Formaron el sutrato indígena al que se superpusieron los invasores celtas de origen centroeuropeo, que alcanzaron la Península en sucesivas oleadas, trayendo consigo innovaciones, que se hicieron patentes en la segunda Edad del hierro, a las que hay que añadir la paulatina introducción de elementos ibéricos (como la cerámica a torno). Esta amalgama de pueblos e influencias configuró los berones. A la Edad de Hierro corresponden importantes yacimientos como los del cerro de San Marcial (Arnedo). Bergasa, Alberite, Canales de la Sierra, Monte Cantabria, Partelapeña (el Redal), Santa Ana (Entrena), etc., algunos de los cuales desaparecieron bien por abandono, bien por destrucción sin que aparezcan con ellos los aportes romanos. Otros, sin embargo, permanecen y van evolucionando a medida que va penetrando la nueva moda traída por los conquistadores (Libia, Calahorra, Alfaro…).
El pueblo berón debió de gozar de una economía bastante floreciente, basada principalmente en la agricultura, complementada con la importante producción alfarera de Tricio, favoreciendo su comercio el hecho de que el Ebro fuera navegable hasta Varea (Plin N H III. 21).
La mayor parte de las noticias sobre la actuación de este pueblo respecto a Roma proceden de Titio Livio (frag. XCI) con ocasión de las guerras sertorianas. Los berones no debían ser partidarios de Sertorio, llegando a pedir auxilio a Pompeyo ante el avance de aquel. Del mismo modo que los vascones, no debieron de ofrecer mucha resistencia al avance de la conquista romana. Por sus tierras pasaron desde muy pronto los ejércitos que se encaminaban hacia la Meseta, y más tarde los que se dirigieron a la conquista de Cantabria.
Bibliografía
M. A. Villacampa, Los Berones según las fuentes escritas (Logroño, 1980).