TARAZONICA, EL, FERROCARRIL
TARAZONICA, El, ferrocarril
La concesión de la línea férrea de vía estrecha de Tudela a Tarazona se otorgó el 13 de agosto de 1882. Para su construcción y explotación se constituyó una compañía o sociedad particular, pero como pasaba el tiempo y los trabajos no se emprendían, en 1884 acabó haciéndose cargo del ferrocarril la Compañía del Norte.
Un año duraron las obras, y el 31 de diciembre de 1885 se procedió a la inauguración de la línea y bendición del tren por el obispo de Tarazona. El ayuntamiento de Tudela concedió una subvención de 25.000 pesetas, recaudándose otras 10.000 por suscripción popular. Las estaciones de esta línea eran: Tudela (km 0), Murchante (apeadero, km 7), Cascante (km 11), Tulebras (apeadero, km 13), Malón (km 16) y Tarazona (km 22). La vía férrea recorría poco más de 13 km por tierra navarra y el resto por Zaragoza. La configuración del terreno facilitó el trazado del pequeño ferrocarril que por ello no ofrecía obras de ingeniería dignas de reseñar.
El escritor José María Iribarren dedicó varias páginas de su Retablo de curiosidades al inefable trenecillo, al que las gentes de la comarca conocían como “El Tarazonica” y “El Escachamatas”.
Un Decreto de 19 de julio de 1946 dispuso la modernización y normalización del antiguo y desfasado ferrocarril, pasándolo de vía estrecha a vía ancha. Las obras comenzaron al año siguiente, y al término de las mismas la vieja línea, totalmente remozada, pasó a ser un ramal de Renfe, que partió de la estación de Tudela. Con estas mejoras se reconstruyeron las estaciones del trayecto y se modernizó el material desapareciendo para siempre las decimonónicas “chocolateras” que funcionaban desde 1885, y el vetusto parque de coches y varones. El 6 de julio de 1952, con asistencia del Ministro de Obras Públicas se inauguraba oficialmente el renovado ferrocarril.
Al final de la década de 1960 este ferrocarril, como otros tantos ramales secundarios, registró un progresivo déficit que, unido a la competencia de los autobuses, motivó una drástica reducción de los servicios por parte de Renfe, y por último, el cierre total de la línea. El último viaje del tren tuvo lugar el 31 de diciembre de 1971. En la década de 1980 todavía permanecían sin levantar los raíles, y subsisten en pie las estaciones, almacenes e instalaciones.