GUARDIA
GUARDIA
Denominación en Navarra durante la Edad Media del servicio de vigilancia en las murallas o bien el de descubierta o exploración a caballo fuera de las fortalezas. Se trataba de alertar sobre la posible aproximación de tropas enemigas y preparar con tiempo la defensa. Equivalía a la “anubda” castellana y la “guayta” o “mirall” de Cataluña, y se llamó también en ocasiones “vigilia” o vela.
El rey Pedro I concedió (1102) libertad de aprovechamiento de agua a los de Marcilla como premio por la torre que habían construido en la Bardena para prestar servicio de “guardia” por todo el valle de Funes. El mismo monarca instó a los de Caparroso y Santacara a cumplir con esa “queita” o vigilancia personalmente o bien mediante sustitutos de la misma condición social, bajo pena de 60 sueldos de multa o la pérdida de la heredad. En el fuero de Carcastillo se determina que antes de repartir el botín ganado al enemigo se indemnicen los daños o heridas sufridos por los caballos de quienes han participado en el servicio de “guardia”. El fuero de Marañón precisa que el señor del lugar percibirá la quinta parte del oro, el ganado y los cautivos logrados por los caballeros, y la séptima parte de lo obtenido por los peores participantes en la “guardia”.