GARIBAY Y ZAMALLOA, ESTEBAN DE
GARIBAY Y ZAMALLOA, Esteban de
(Mondragón, 9.3.1533; Madrid, 1599). Historiador. A los once años recibió la tonsura clerical de manos del obispo de Yáñez, de Calahorra (1544), pero no siguió la carrera eclesiástica. Estudió en la Universidad de Oñate, en Vitoria y Santo Domingo de la Calzada. Inició tempranamente sus investigaciones en el campo de la historia, recorriendo infatigablemente los archivos de numerosas ciudades españolas. De regreso a Mondragón, contrajo matrimonio con una paisana (1566) y fue nombrado familiar de la Inquisición (1559), alcalde y alférez de la villa (1588). Alternó el ejercicio de estos cargos con la elaboración de los cuarenta libros del Compendio historial de las Chronicas y universal Historia de todos los Reynos de España, que redactó en su casa. Llevó personalmente los originales a Bélgica y residió en Amberes durante la impresión de la obra (1570-1571). Vuelto a su patria, reinició los viajes por la península. Estando en Sevilla falleció su esposa (27 noviembre 1572). Contrajo segundas nupcias con la joven Luisa de Montoya (1575) y se afincó en Toledo. Este mismo año se entrevistó con Felipe II (5 de abril). Introducido en la Corte, obtuvo del monarca los cargos de bibliotecario, aposentador (1576) y cronista real (1592).
Además del “Compendio Historial” publicó las Ilustraciones genealógicas de los Reyes Católicos de España y de los Emperadores de Constantinopla hasta el rey Felipe II y sus hijos (Madrid, 1596). Dejó manuscritas unas Memorias que revelan otra faceta de la personalidad del autor: su interés por la literatura popular. Afirma en ellas haber tenido en su poder dos colecciones de refranes en lengua vasca, que envió a Juan de Idiáquez, consejero de Estado de Felipe II. Ambos originales se han perdido. La primera colección, de la que se conserva copia tardía en la Biblioteca Nacional de Madrid, fue publicada por la Real Academia de la Historia en el “Memorial histórico” (T. VII, 1854). La segunda, un refranero con 539 proverbios, algunos arcaicos, fue impresa en Pamplona (1596). A estos materiales hay que añadir varios cantares populares en euskera que el historiador fue intercalando en sus obras.
Su labor destaca no tanto por los datos aportados como por el nuevo planteamiento que hizo de la historiografía, dándole un mayor rigor científico mediante la investigación documental y un espíritu crítico.
Bibliografía
Fausto Arocena: Garibay (Zarauz, Icharopena, 1960). Julio Urquijo: El refranero vasco, T. I, Los refranes de Garibay (San Sebastián, 1919).